El último Comité Regional del PSOE de Ceuta, la única federación socialista cuyo secretario general sigue siendo abiertamente fiel a Pedro Sánchez, saltó por los aires cuando la Mesa decidió no admitir a trámite una moción de apoyo a la Comisión Gestora que preside el asturiano Javier Fernández, que incluía una petición expresa a toda la militancia socialista, incluyendo a sus cuadros dirigentes, para que se ponga fin a la dinámica de acusaciones, insultos y peticiones de ajustes de cuentas en la que el PSOE se encuentra secuestrado.

Los promotores de la iniciativa apaciguadora aún no han entendido por qué, siendo Ceuta un ‘bastión’ del sanchismo, la Ejecutiva de Manuel Hernández Peinado no permitió el debate y la posibilidad de votar sobre lo debatido. ¿No es ese el modelo que defiende el secretario general ceutí? Hernández Peinado es popular por su fervorosa defensa de Pedro Sánchez en las redes sociales, y como muchos de sus seguidores, mantiene un perfil altamente beligerante y acusatorio contra la Gestora del PSOE.

No fue el único motivo de enfrentamiento entre la Ejecutiva ceutí y su Comité Regional, en el que, entre otros asuntos, se debatió el Informe de Gestión del equipo de Hernández Peinado, que recibió un fuerte rechazo que intentó soslayar sumando los propios votos de su ejecutiva examinada para evitar un claro suspenso.

La negativa del secretario general a aceptar un resultado tan adverso a su Informe de Gestión, generó un enorme malestar en el Comité Regional, por lo que se presentó a la Mesa una propuesta de moción de censura a su Ejecutiva. Esta tampoco fue admitida a trámite. Quienes conocen la historia pasada y reciente del PSOE pueden imaginar el resto de la escena.

Hernández Peinado publicó una foto dirigiéndose al Comité Regional en las redes sociales con el título, “Tras aprobar las cuentas, el secretario general toma la palabra”. Y era cierto, las cuentas fue lo único que su Ejecutiva vio ayer aprobado.

También lo es, empero, que logró que el Comité Regional no pudiera debatir y votar la moción de apoyo institucional del PSOE ceutí a la Gestora, en un documento que pide sosiego en las filas socialistas ante el proceso congresual. Y mucho menos, su propia reprobación y la de su Ejecutiva.

Al no haberse debatido ni votado, no se puede concretar si hubiesen sido secundadas ambas mociones. Una auténtica pedrada para la línea argumental del sanchismo, que apuesta por más democracia y más “escucha”. La Ejecutiva de Hernández Peinado ayer no quiso escuchar. Las voces que cuestionan su gestión al mando del socialismo ceutí fueron calladas. El líder del sanchismo ultrapeninsular sorteó el riesgo de ver caer destituida la única dirección orgánica regional que aún apoya abiertamente a Pedro Sánchez, aunque, según uno de los documentos vetados ayer, adolece de “debilidad democrática”.