francisco javier ruiz vox
Javier Ángel Díez Nieto

Algo lúgubre escondia el rostro de Mohamed Ali el día del pleno. Por eso…a lo mejor por eso y solo por eso, no porque debiera mostrarse como defensor de nadie, el día del pleno se incendió lanzando improperios e insultos a los representantes de Vox en el Ayuntamiento. ¡Sal a la calle a decir lo mismo! Les ha espetado el magnífico Ali a los de Vox. ¡Sinvergüenza! Ha sido llamado por los de Vox. ¡No soporto a este tipo! Dijo el dialogante Ali en un acceso de enfurruñamiento. Y pocos más insultos recíprocos, ante la presencia del profe Juan quien viendo el cariz de las cosas, decide suceder el pleno. Solo falto esa famosa frase que se podía tranquilamente pronunciado… ¿Quieres que te diga lo que eres? Eres un perfecto gilipollas. Porque es una frase redonda con la que acabar el debate tranquilo de nuestros electos diputados.

Aquí, se ve que no han sido educados en los colegios de pago, donde los alumnos educados, quedábamos a la salida del colegio en la parte de atrás para darnos de host…sin que se enterasen los padres y maestros, porque si no eran ellos los que nos las daban. Pero era algo acorado desde siempre, los enfrentamientos fuera de las aulas nunca en público. Y ¡Oigan! Esto funcionaba la mar de bien, luego al día siguiente regresábamos sin rencor a las aulas con unos ojos morados pero más tranquilos, esperando la próxima e inevitable pelea y pero ahí… ¡No pasaba nada! Bueno, como se dice en castilla…”a fuer de ser sincero”, tampoco aquí llegó la sangre al rio, porque luego se disculparon. Uno seguro de haber quedado defensor de un grupo de futuros votantes y el otro seguro de haber demostrado lo que habían hecho los dos diputados que se marcharon de su partido. Por cierto, en antena 4 en la sobremesa, en el programa de ¡Todo es mentira!, ha salido una de las diputadas discrepantes dando sus razones y hasta el presentador le ha dicho que no se creía nada de lo dicho por ella. En el fondo ha sido una entrevista aberrante, que marca el nivel de alguno de nuestros diputados.

Por eso hay que reconocer que nuestros diputados se merezcan un enorme y delirante ¿Bravo! Mientras nos compadecemos de sus estilos obviando que lo terrible del caso es que cada vez más no se les nota la palidez que los asuntos de gobierno suelen causar a nuestros diputados, más pendientes de sus beneficios que de un buen gobierno para todos. Pero a los demás cuando vemos que ya les viene la gana de pelea se nos va la pasión por ellos y es preferible que no lo digan para seguir apasionados. O es que solo habíais venido para esto, para el teatro cómico y el sueldo con el que nos divertís.. Porque aquí en vuestro espectáculo hay casi de todo…hay bueno, hay algo regular y hay mucho malo y en el fondo solo es un retrato de nuestra abigarrada sociedad distopica con la que se recrean y dan lustre nuestros gobernantes.

A nosotros nos queda el consuelo que aunque nuestros diputados casi nada hacen bien, al menos tampoco lo hacen con estilo. Y no callamos frases como la señalada de lo que pensamos con estas cosas. Bueno…esperemos que algún medio de papel publique este artículo, ya que no ofende…creo…al que los mantiene.. Y miren hace mucho…mucho tiempo, que los ceutíes hemos superado esos problemas de diferencias racistas y odios entre nosotros, aunque de vez en cuando se nos escapen expresiones extrañas de unos contra otros. Bastantes tenemos todos de seguir rula, rulando con los problemas que todos los días se nos presentan con las verdaderas cosas de comer y a las que siempre nos vamos enfrentado juntos.