- Algunos y algunas obvian interesadamente los compromisos adquiridos por Mariano Rajoy con la ciudadanía, el 20 de diciembre de 2011, en sede parlamentaria, cuando solicitó su investidura como Presidente del Gobierno: “Detener la sangría del paro, estimular el crecimiento y acelerar el regreso a la creación de empleo”.

Sin ninguna duda, palabras sencillas, pero comprometidas con la situación real que padecía una sociedad llevada al límite de sus esperanzas, una sociedad sometida a las consecuencias directas de soportar las peores cifras de desempleo de nuestra historia democrática.

Tres años después, cuando nos acercamos al final de la presente legislatura, pero siendo conscientes, que debíamos atender los gastos de cada día con la caja vacía. Que los ingresos fiscales se habían desplomado mientras la deuda crecía vertiginosamente. Que nuestro crédito era un recuerdo y nuestros socios comunitarios tenían muy poca confianza en nuestra capacidad para devolver los préstamos, con lo cual el dinero que necesitábamos nos salía cada vez más caro. Es momento de responder a la pregunta ¿cuál es el estado de la Nación respecto a los compromisos asumidos por el Presidente del Gobierno con la sociedad española?

Pese a todas las dificultades señaladas, se ha invertido la situación inicial, la situación heredada del Gobierno anterior, se ha detenido la caída de empleos, dejado de destruir puestos de trabajo y hemos abierto las puertas del empleo. Donde durante seis años se destruía empleo, comenzó a crearse. En 2013 el empleo aún caía al -3,3%.

En 2014 creció al 0,8%. El avance del empleo neto alcanzó a 440.000 personas. Una respuesta que evidentemente no agrada a la izquierda española, pero demuestra el compromiso del Partido Popular con el bienestar de los ciudadanos y las ciudadanas. No obstante, debemos consolidar la creación de empleo, aún queda mucho camino por recorrer, pero en la misma línea.