Es decir, limpiemos las calles, luego están quienes defienden la libertad bajo cualquier otra premisa y por tanto, que cada cual haga con su cuerpo lo que quiera y por último, existe una fuerza cada vez mayor que defiende la idea de comparar la prostitución como una auténtica forma de explotación y violencia de género.

Desde el PSOE de Ceuta y en concreto, desde la Secretaría de Igualdad, abogamos por debatir, reflexionar y marcar unas pautas de actuación en nuestra ciudad que determine la postura y las acciones a desarrollar desde la prevención, sensibilización e intervención.

Como miembro que somos de la Mesa Sectorial de la Mujer, y por ser ésta, una nota de opinión enmarcada dentro de las asociaciones, colectivos y fuerzas políticas que trabajan en el entorno femenino, no queremos centrarnos exclusivamente en nuestra opinión y sí en dar a conocer a la sociedad de la importancia de afrontar y sobre todo proteger, a las mujeres que ejercen la prostitución y que son víctimas de la trata con fines de explotación sexual porque sin lugar a dudas, el no hacer nada y el dejarlo pasar por miedo a tomar una postura sobre si legalización o abolición, lo único que lleva es a beneficiar a los proxenetas y a las mafias que se lucran a costa de la subordinación sexual.

El PSOE llevó a cabo el I Plan contra la Trata de Seres Humanos con fines de explotación sexual y además, en el 2007, en el Congreso dijimos que coincidíamos con la ONU al contemplar la prostitución como explotación sexual, aun con el consentimiento de la víctima, a lo que se sumaron el Partido Popular (PP) y Convergencia y Unión (CiU). Consideramos que es importante crear una red integral de atención a las víctimas y planes que ofrezcan alternativas, que los medios de comunicación rechacen financiarse con publicidad de prostitución y sensibilizar contra la mercantilización de las mujeres.

Precisamente muestra de ello es nuestro reciente Documento Marco aprobado en el 10º Congreso Regional, donde detallamos y planteamos la prostitución de la siguiente manera: “Es hora de pensar en la víctima y hablar en términos de violencia de género cuando hacemos referencia a la prostitución pues es imposible hablar de derechos laborales, mercantiles o sanitarios cuando violamos con ello los derechos fundamentales de la dignidad e integridad de la persona.

El tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual es una forma moderna de esclavitud en pleno siglo XXI. Constituye, junto con el tráfico de drogas y el de armas, uno de los negocios delictivos más lucrativos del mundo. Pero sobre todo, es una vulneración de los derechos humanos que atenta contra la dignidad de las personas y en no pocos casos contra su integridad física y psíquica. Es una explotación que tiene un claro componente de género y de clase al ser sus víctimas mayoritariamente mujeres y niñas y, además, de países pobres. La lucha contra esta forma actual de esclavitud también requiere pensar globalmente y actuar localmente.

Como socialistas hemos de perseguir la explotación sexual con una estrategia clara de tolerancia cero en relación a su demanda para acabar con la situación derivada de la misma, y que no es otra cosa que la conversión en mercancía de miles de mujeres, niños y niñas a los que se sume en una condiciones de vida que no cumplen con los derechos humanos más elementales. Los hombres y mujeres socialistas aspiramos a una sociedad sin explotación sexual y nos comprometemos a trabajar para eliminar la prostitución y cambiar el modelo social de dominación y desigualdad que la hace posible, incidiendo en reducir la demanda, concienciando a la sociedad de que la compra de servicios de prostitución contribuye al establecimiento en nuestro país de mafias que se lucran de mujeres a las que han secuestrado sus derechos”

Y añadimos dos aspectos más: nunca multar a las prostitutas y siempre buscar alternativas de ayuda para que puedan salir de esa situación mediante los recursos que estén en nuestras manos y facilitar así, la integración y la recuperación de sus propias vidas”.

Entre un 63 % y un 80% de las mujeres que ejercen la prostitución han sido víctimas de violaciones y corren un riesgo 40 veces mayor de ser asesinadas que el resto de la población femenina.