Creemos que cualquier ocasión es importante para tratar de convencer y concienciar. Bajo las políticas dictadas desde la Troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea) se está llevando a cabo un proceso de privatización del sector público y empobrecimiento de la ciudadanía, única forma de competir desde la perspectiva neoliberal. Se aprieta y asfixia a los de abajo, a los inocentes, mientras los de arriba, los culpables, son salvados con dinero público, no pagan por sus delitos y continúan disfrutando de las ventajas que obtienen de la desgracia del 90% de la sociedad. Bajo estas reformas neoliberales la riqueza se concentra en pocas manos y los derechos conquistados por la mayoría son recortados. Nos negamos a aceptar esta realidad como la única posible, sencillamente porque es una realidad injusta. Y es obligación de todo ciudadano y todo Estado de derecho luchar por la justicia.

El poder se aprovecha de la inocencia y la falta de preparación económica de la mayoría social para decirnos que no hay otra opción, que todo lo que nos están haciendo es por nuestro bien y que son necesarias las medidas que conllevan el desmantelamiento de la Sanidad y la Educación públicas o la puesta en duda de las pensiones ganadas con sudor y sacrificio por nuestros padres y abuelos. No es verdad. Montoro, De Guindos y los economistas que apoyan estas medidas, haciendo pasar por técnico lo ideológico, no tienen la verdad absoluta y mienten. Mienten porque saben que un pueblo sin preparación es un pueblo fácil de manipular. Existen premios Nobel como Paul Krugman o Joseph Stiglitz que afirman con rotundidad que las políticas de la Troika sólo conllevan pobreza y miseria para la mayoría. Pero estos reputados economistas son silenciados por el discurso oficial, un discurso que se propaga a través de medios de comunicación manejados por los que ostentan el poder político y económico.

No hace falta ser politólogo, ni economista, ni juez para sacar conclusiones de lo que está ocurriendo. Todo recorte de lo público tiene un único objetivo principal: beneficiar a lo privado. Es decir, que todo recorte de lo que es de todos tiene como objetivo enriquecer a unos pocos. Están acabando con todo. Con la excusa de la crisis, los dos partidos mayoritarios modificaron, en agosto de 2011, el artículo 135 de la Constitución, anteponiendo el pago de la deuda a cualquier necesidad social de urgencia. La carta de convivencia de todos los españoles dice ahora que lo principal es asegurar el pago de una deuda en gran parte ilegítima y odiosa a una banca privada usurera y estafadora antes que la salud, la educación, las pensiones, los sueldos, los derechos y la vida de sus propios ciudadanos. Y los que firmaron tal tropelía por orden de la Troika se hacen llamar patriotas. Bajo el amparo de dicho artículo se están llevando a cabo medidas impensables hace no tanto tiempo. Pero el miedo inoculado a la población les está dando vía libre para desmontar lo que ha costado tanto conseguir. No lo hacen de golpe, sino reforma tras reforma, siguiendo el ejemplo de la rana y el agua. Si metes a una rana en agua hirviendo, la rana salta y huye; si la metes en agua fresca y comienzas a calentarla grado a grado, la rana se acostumbra y al final muere hervida. No pueden bajar los sueldos un 20% de golpe, pero sí que pueden hacerlo poco a poco, acostumbrándonos a una pérdida paulatina de derechos básicos e innegociables.

Las políticas dictadas desde la Troika no son nuevas. El Fondo Monetario Internacional ya las aplicó hace unos años en América Latina. Hoy, nuestros hermanos de allá recuerdan aquella época como “la década perdida”. Está en nuestras manos permitir que aquí ocurra lo mismo. Es nuestra obligación movilizarnos contra esta ofensiva brutal e inhumana, aunque sólo sea para poder mirar a nuestros hijos y nietos sin avergonzarnos. Las luchas de hoy son los derechos de mañana. Os esperamos a todos a las 20:30 en 'La Sala'.