- Suele decirse que toda historia tiene dos versiones, cada una observada desde un punto de vista diferente.

Lo que me ha llevado a escribir esta respuesta no es una versión distinta a la mía, sino un cúmulo de ataques y mentiras que diariamente se están vertiendo sobre el Centro Ecuestre de nuestra ciudad y sobre su personal. Ante la ausencia de información es fácil recurrir a un par de fotos, que adjuntas a cierto artículo, puede causar un gran impacto en la población ceutí que no tiene una estrecha relación con este deporte y sus animales.

Me sorprendió la veracidad de una frase que me han dicho recientemente: ''Cuando algo está bien hecho no se halaga el trabajo tan bien llevado a cabo; Mientras que cuando algo sale mal, todo el mundo se te echa encima''. En este caso, no es que algo haya salido de una forma no deseada, ya que como puedo comprobar diariamente la hípica está en muy buenas condiciones. Lo que ocurre es que determinadas personas centran su obsesión sobre el personal del centro y necesitan recurrir a documentos gráficos sacados de contexto para sensibilizar a los ceutíes y causar revuelo donde no debería.

Cada día de la semana subo a la hípica, bien para montar o bien para pasar el rato cerca de los animales que tanto nos apasionan y puedo afirmar que el trato que se le dan a los caballos y a los ponis no se acerca en absoluto a lo insinuado estos días. Tanto los monitores como los mozos de cuadra se preocupan por el cuidado de nuestros animales, tanto es así que pasan la mayoría del tiempo en el centro.

Me parece muy sucio y rastrero presentarse en la hípica en busca de cualquier animal enfermo con el fin de generalizar el supuesto mal estado del resto de caballos. Como en todo centro hípico, los caballos enferman, y cuando esto ocurre inmediatamente se dan de baja hasta que vuelven a estar en perfectas condiciones para seguir trabajando.

Por experiencia propia sé que nuestros monitores centran su atención en el cuidado de los caballos; Y tanto ellos como nosotros, los alumnos, estamos pendientes de equiparlos correctamente para evitar los posibles daños que puedan sufrir por una mala colocación de la montura y del resto del equipo. Cuando algún caballo tiene alguna herida, bien por un golpe que el mismo se ha ocasionado, o bien por la inexperiencia de los nuevos jinetes, los monitores y algunos alumnos nos tomamos nuestro tiempo en proporcionarles los cuidados que necesitan, bien echándoles determinados medicamentos en gel o en crema, agua oxigenada, etc. o dándoles paseos para mejorar su circulación. No hace falta decir que cuando requieren cuidados especializados se avisa al veterinario que es quién se ocupa de su recuperación.

En definitiva, es muy sencillo escribir un artículo, colocar dos fotos al azar, que no representan ni una cuarta parte del estado de los caballos del centro, y esperar a que la población, por falta de información, se ponga de parte de una noticia manipulada.