Javier Ángel Diez Nieto

Cuantos seres raros,

Descubrimos en las ciudades.

En ese complejo de seres.

Son magníficas obras anónimas,

 Que se cuecen a fuego lento

Así son los amigos

Que encuentras en tu camino

 (Asterión)

“Nichos del camposanto...”

Viendo nacer un puerto cercano/ casi de media luna acabado.

Elevado en monte pequeño/se ve la majestad azul del cementerio,

Campo del silencio lleno/ donde no se despiertan los muertos

Es el campo de tristeza/ donde no sabemos si lloran los muertos.

Los nichos del campo santo/ es el reino de Antonio Troyano,

 Allí en noche de truenos/con cielos de relámpagos iluminados,

Antonio Troyano aparece/ como el soberano de los muertos!.

Y cuando sale la noche estrellada/ Se observa su altiva figura,

Armado con chaqueta a cuadros/ por la luz lunar recortado

Con su jaguar de oro viejo/ en la puerta bien aparcado

Su cabeza se llena de lógica /y también de buenos sentimientos.

Qué lugar mejor de reflexión/ que el solaz del campo santo,

Y la mirada impasible de Antonio/observando el infinito universo.

Con una calavera en la mano/ y mirada fija en el eterno firmamento

Medita en el callado vacío/ cómo a la alegría le sigue la sepultura.

¡Ser o no ser! le pregunta serio/ intentando recoger sus pensamientos

Sin obtener otra respuesta/ que el silencio de los muertos.

¿Cuantas joyas sepultadas/duermen con su luz declinada?

¿Dónde? Están los sueños del muerto/que mantiene su mano.

¿Querrá para siempre dormir/ rodeado de infinito cielo?

Sus manos de mecánico/no pueden arrancar un nuevo latido,

Como hace en sus arreglados coches/ y él sabe mucho de motores.

Por eso se pregunta con esfuerzo/ ¿Porque no late este corazón?

¿Su alma soñadora ha partido/libre hacia el lejano cielo?

Y así, en las noches oscuras/ pasa el tiempo en su cementerio

Un cercano sonido le despierta/ es la llegada de otro muerto

¿Qué talla tendrá el nuevo?/y así se acaba todo el misterio.

El rey del Hades visita  a Caronte/barquero del rio ceniciento,

Para darle las monedas del viaje/ que debe pagar el muerto

“Y este  romance de Troyano/acaba con la luz del día nuevo.

Porque a un lujo de amigo/hay que cuidarlo mucho”