- Por mucho que se empeñen Rajoy, Cospedal y González Pons en la teoría de la conspiración y en echarle la culpa de todo lo que les está pasando a Rubalcaba, su acusación no se sostiene.

Si Rajoy cree de verdad en la teoría de la conspiración, va a tener que buscar entre sus filas. Y es que todo este asunto arranca del hecho probado de que, cuando Luis Bárcenas era Tesorero del PP, tenía 22 M€ de dinero negro en una cuenta bancaria en Suiza (información que la Audiencia Nacional recibe a través de la comisión rogatoria).

Esta es una acción judicial, que se desarrolla exclusivamente dentro del ámbito judicial y a instancias de una iniciativa de este Tribunal.

A raíz de este hecho probado, comienzan a publicarse en diferentes medios de comunicación noticias sobre una supuesta contabilidad B de financiación ilegal del PP y pago de sobresueldos en dinero negro a los principales dirigentes de este partido, empezando por el propio Rajoy.

Todas las informaciones que se están viendo publicadas en todos los medios de comunicación solo pueden salir desde dentro del propio PP y por personas que son o han sido del PP.

El hecho probado judicialmente de los 22 M€ en Suiza es el que ha permitido saber que Bárcenas se había acogido a la Amnistía Fiscal del Gobierno, para blanquear 11 M€ de dinero negro (y esto se ha sabido por testimonio de los propios abogados de Bárcenas y por la demostración documental aportada por ellos a la Audiencia Nacional).

Si no hubiera estallado el escándalo, a raíz de conocerse la información sobre los 22 M€, nadie se habría enterado de que Bárcenas y otros como él se habían acogido a la Amnistía Fiscal.

El informe que ha puesto en una situación insostenible a la ministra Ana Mato es de la Policía. Una de las instituciones con mayor credibilidad y mejor valoradas por los ciudadanos en las encuestas del CIS.

Ensuciando esa credibilidad, Cospedal fue tan irresponsable de afirmar, hace 2 años, que como Rubalcaba era el Jefe de la Policía como ministro del Interior, la estaba utilizando para investigar ilegalmente y atacar al PP. Pero es que ahora, el Jefe de la Policía y actual ministro del Interior, es su compañero Jorge Fernández.

Y, finalmente, porque quien está frotándose las manos y pidiendo un Congreso del PP para sustituir a Rajoy no es Rubalcaba sino la derecha mediática, en su momento erigida en “ariete” contra el anterior gobierno socialista, y que ahora se revuelve contra los suyos. No hay más que ver las portadas de diarios como la Gaceta, o el Mundo o bien las declaraciones de “lideresas” transformadas en “regeneradoras políticas”, como la señora Esperanza Aguirre.

El Partido Popular nos dice a todo esto “que continúa caminando y dando muestras de que sólo quiere el bien para España”.

Esa forma peculiar de patriotismo lo podemos ver en los recortes en educación y sanidad, en el desmantelamiento de la dependencia, en su reforma laboral que sigue incidiendo en las preocupantes cifras de desempleo, en la austeridad que ha sumido al país en la recesión, pero sobre todo, en la subida al 30% del sueldo de Rajoy cuando el país se encuentra en la mayor crisis de su historia.

Si de veras quieren el bien de España en vez de “golpes de pecho”, lo mejor es que el PP ponga punto y final a los lamentables episodios de corrupción y luchas internas con la dimisión de todos sus responsables y empiecen, de una vez por todas, a gobernar para los ciudadanos y no sus propios intereses, con verdadera transparencia, sin mentiras ni más conspiraciones como excusa.