- Pues sí, hay silencios que se pagan muy caro y acciones que levantan pasiones.

'El Faro' no puede decir que no juega bien, y el Gobierno no puede afirmar que su política del dedo le sale rentable hasta que se destapa la caja de Pandora.

El problema está en cómo reaccionamos cuando nos enteremos de lo que nunca debería de haber pasado, es decir, adjudicar de forma directa dos locales en vez de hacer uso del contrato público.

Y no, yo no tengo miedo en decir con absoluta libertad que 'El Faro' parece que es la marioneta del PP o el PP la marioneta de “El Faro”, según como se mire, marionetas de una obra con títeres también condenados a la infamia y al acoso político. ¿Por qué? Porque la obra tiene actores que no se callan y no bailan al son del Poder, aunque no sean éstos los que ahora estén visibles y hayan sido heredados por quienes prefieren apaciguar unas olas que vienen dispuestas a llevarse por delante todo lo que haga falta con tal de alcanzar unos objetivos alejados de los verdaderos problemas de la gente.

Cuando la Administración hace uso del dinero publico para manejar el derecho a la información es un atropello, pero saltarse un procedimiento legal para ello es una falta muy grave, que debería tener consecuencias más allá de la justificación en una rueda de prensa.

Pero no, hay quienes prefieren esconderse con mascaras aunque no siempre sea carnaval, antes que destapar la verdad o fiscalizar a un Gobierno que se evapora cada vez más. Porque las miserias cotidianas también son miserias. Ya lo cantaron Chavela y Sabina “ que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena”.

Hay que ser muy valiente para ser valiente, porque todavía ahora, aun hoy, sale muy caro, mientras algunos cobardes siguen disfrutando de impunidad. Y no, yo no estoy hablando de ficción, la misma ficción que ha traído a tomar la vergonzante decisión de llevar a unos titiriteros a prisión.