Carta de un funcionario de la Administración de Justicia difundida por CCOO

Es hora de llevar a cabo un análisis real de la situación actual en la que se encuentran las oficinas judiciales, concretamente la UPAD, que es el lugar desde donde este humilde funcionario puede llevar a cabo sus valoraciones.

Desde que tuvo entrada la oficina judicial ya supuso un cambio brusco en la realización de las funciones que llevamos a cabo, viéndose aumentado considerablemente con la reducción en la plantilla que sufrimos para ser este personal adscrito a otros macroservicios como los SCOP, SCEJ Penal y SCEJ Civil, entre otros.

Ello llevó a una forma de trabajo totalmente distinta a la que llevábamos hasta entonces, cosa que asumimos porque era lo que tocaba y así nos pusimos a ello, creo que con toda la dignidad del mundo a pesar de la precariedad de las herramientas de trabajo que el Ministerio nos ha facilitado para llevarla a cabo.

Los expedientes se tramitaban con más o menos celeridad dependiendo de cada caso, siendo siempre en soporte papel, y tenían un movimiento normal. La 'bomba' ha llegado con el tan esperado expediente digital, esperado porque era toda una incógnita el cómo se iba a llevar a cabo su implantación y su funcionamiento.

A día de hoy, desde la implantación en Ceuta el 22 de junio de 2016, podemos sacar una clara conclusión: es todo un desastre pero no por el expediente en sí sino en la forma en la que se ha llevado a cabo su implantación y los medios facilitados.

Ha hecho que los Juzgados de Instrucción dupliquen el número de procedimientos, ya que en su tramitación es pura burocracia que hace duplicar e incluso triplicar el tiempo en que ha de trabajarse con una sola causa.

Creo que es justo que dividamos los sistemas o aplicaciones con los que desempeñamos nuestra labor diaria, que son:

LEXNET. El tan nombrado sistema con el que los Juzgados se interrelacionan con otros agentes sociales como abogados, procuradores, entidades jurídicas con sede electrónica, Fiscalía, Abogacía del Estado, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, etcétera, deja muchísimo que desear.

Hace ya bastante tiempo, creo que desde que se creó, que no funciona con la normalidad ni la celeridad que debería. Para poder trabajar con él ha de hacerse a primeras horas de la mañana porque si no es así se hace eterna la recepción y envío de la documentación, que por cierto no ha de sobrepasar los 10 MB de peso en cada archivo, cosa totalmente ridícula en la época en la que nos encontramos informáticamente hablando y por tratarse de todo un Ministerio de Justicia, ofreciendo más capacidad incluso gratuitamente compañías como Google, Hotmail, etcétera.

MINERVA. La aplicación de gestión procesal que soporta la tramitación de una información relativa a los procedimientos judiciales es difícil de explicar. Es bastante enrevesada: ha de entrar y salir de pantallas constantemente para tramitar, consultar, recibir escritos, recibir y asuntos y se bloquea, tres, cuatro o más veces por mañana con el consiguiente reinicio de los equipos y retraso en la labor diaria que debemos desempeñar.

CAU. El Centro de Atención al Usuario se pone a disposición de todo el funcionariado de Justicia desde la capital y gestiona todas las incidencias que se dan con las aplicaciones informáticas, que son desorbitadas al cabo del día.

Esta gran 'joya' del Ministerio, ubicada a más de 800 kilómetros de Ceuta, lo que hace prácticamente es coordinar incidencias para reenviarlas al organismo correspondiente para su resolución, que en muchísimas ocasiones se eterniza en el tiempo.

Esto es totalmente inexplicable, más aún cuando en Ceuta tenemos a técnicos informáticos que pueden solucionar las mismas casi al detectarse pero que no pueden hacerlo por órdenes directas del propio Ministerio, lo que hace que se pregunten el por qué de su destino.

PORTAFIRMAS. Es un portal creado por el Ministerio de Justicia en el que se lleva a cabo por parte de magistrados y letrados de la Administración la firma electrónica de los expedientes judiciales. La tramitación se lleva a cabo en la aplicación de gestión del expediente (MINERVA) y posteriormente es enviada a firma.

Esto, lejos de ser una herramienta que facilite y agilice el procedimiento, es todo lo contrario: ralentiza su tramitación, más aún cuando el Juzgado está de guardia puesto que las firmas han de ser simultáneas y al momento. Sin embargo, cuando se pasan tardan 10 ó 15 minutos en ir hacia firma y otros tantos en venir. Imaginemos cuando se multiplica por la multitud de documentos que han de firmarse. Eso cuando funciona con normalidad porque hay numerosos días que los titulares de los Órganos no pueden firmar porque no lo hace.