Emilio Carreira
Emilio Carreira./archivo
Emilio Carreira

El abandono de dos diputados de Vox en la Asamblea de Ceuta de esta fuerza política, ha provocado todo tipo de declaraciones, comentarios e impresiones, tanto de los protagonistas como de sus excompañeros y de líderes de otras formaciones políticas de la ciudad, de opinadores en los medios de comunicación de Ceuta y del resto de España y de una gran cantidad de personas activas en las redes sociales.

Los constitucionalistas creían que un partido político no podía funcionar como una secta, donde entrar puede ser fácil, pero salir es traumático. Reservaron para los partidos la función instrumental, pero sólo para los ciudadanos el derecho fundamental de participación política

Hace ya años que los partidos políticos en general, suscribieron el llamado pacto antitransfuguismo, que no era otra cosa que nada, porque ningún pacto puede vulnerar lo establecido en la Constitución Española, que dice con claridad meriadiana, que ningún representante de los ciudadanos elegido en las urnas está sometido a mandato imperativo. Es decir: que es libre de pensar y votar como quiera, cualquiera que haya sido el instrumento utilizado para ser elegido: un partido, una lista electoral, una coalición o una agrupación.

Y este apunte constitucional no es baladí, ni se incluyó por que sí. Los constitucionalistas creían que un partido político no podía funcionar como una secta, donde entrar puede ser fácil, pero salir es traumático. Reservaron para los partidos la función instrumental, pero sólo para los ciudadanos el derecho fundamental de participación política. Y es que nadie podía ser obligado a votar contra sus propias convicciones, ni a seguir sumando con un grupo que por las razones más insondables, comenzase a modificar su ideario primigenio o, cuando menos, el que propalaba inicialmente. Tampoco soportaban los constituyentes los liderazgos férreos o mesiánicos, que luego, con el transcurso de los años, se han convertido en lo más cotidiano entre nuestros partidos políticos, de tal modo que la no veneración del líder, suponía y sigue suponiendo, la censura de quien no la practica y su eliminación de los círculos de decisión, aunque eso empequeñezca la calidad del proyecto. ¡Qué más da! Más valen cuatro serviles que cuatro cabezas que piensen, porque eso siempre garantizará la continuidad de los Fernandos Séptimos de nuestra era. O Fernandas, que también hay.

Lo mismo le ocurrió a Antonio Sampietro, a quien una compañera le "traicionó" pasándose a las filas del PP, para gozo y alabanza de la direcciones nacionales del PP y del PSOE, que reeditaron un acuerdo que permitió a Vivas ser Presidente y para lo que fue imprescindible el transfuguismo

Y dado el caso, las mareas de críticas suben como nubes de tormenta por parte de los que viven cómodos en el régimen, frente a quien se atreve a moverse, al que calificarán siempre de defender intereses expúreos y malvados. Frágiles argumentos y más quebradiza memoria. A Francisco Fráiz, alcalde Ceuta, le expulsaron de su puesto unos de esos odiados tránsfugas, uno de los cuales se colocó de alcalde en su lugar. A Jesús Fortes, otro tanto de lo mismo, esta vez por culpa de una diputada del PSOE, partido que gobernaba en coalición con el PP y después lo mismo le ocurrió a Antonio Sampietro, a quien una compañera le "traicionó" pasándose a las filas del PP, para gozo y alabanza de la direcciones nacionales del PP y del PSOE, que reeditaron un acuerdo que permitió a Vivas ser Presidente y para lo que fue imprescindible el transfuguismo, claro que este era de alguien del GIL, no de VOX. Ah! Se me olvidaba: Basilio Fernández tuvo que dimitir porque una persona de su grupo votó en contra de sus presupuestos. Resultado: Fortes Presidente. Vamos, que menos Fructuoso Miaja, todos los demás, vease Puya, Fortes, Sampietro y Vivas, tuvieron una pequeña ayudita externa o actuaron contra su partido.

Desconozco la causa de que estos dos diputados de Vox hayan quebrado su inicial filiación, pero no seré yo quien les juzgue de antemano. Si no es bienintencionado su gesto, si esconde una estrategia que se aleja del interés general, la sociedad ceutí los colocará en su sitio, pero aún quedan muchas incógnitas por despejar como para hacer un jucio apresurado, más allá del lógico cabreo de los dirigentes de VOX. Es más, ¿quién es quién, despues de lo contado, brevemente, eso sí, como para juzgarles alegremente?