- Si yo estuviera en su situación haría lo mismo, intentar saltar la valla para llegar a Europa. Ergo no considero a los inmigrantes culpables de la cuestión, sino víctimas.

Afortunadamente soy español nacido en Ceuta, por lo que no tengo que enfrentarme a la dictadura de Mugabe, a la anarquía de Somalia o al terrorismo islamista de Boko Haram. Soy de un país que tiene que defender sus fronteras de la inmigración irregular por razones más que obvias.

La clave principal del problema migratorio es que damos la esperanza a los inmigrantes de que pueden quedarse en nuestro territorio una vez lleguen a él. Si devolviésemos a cada uno al otro lado de la valla nada más saltarla, solucionaríamos el asunto, dejarían de venir a intentar algo que perdería su sentido… y de paso liquidaríamos a las mafias que los transportan.

No digo que haya que prohibir a los africanos vivir en España. Respeto a los filántropos que quisieran mantener con su economía propia e individual a otro semejante sea de la nacionalidad que sea. De hecho les aplaudo y admiro. El mundo sería mejor si todos siguiéramos su ejemplo. Eso sí, bastantes familias están pasándolo mal en España, con cifras terribles de pobreza infantil, como para tener que financiar con dinero público los centros de estancia temporal de inmigrantes, sus gastos sanitarios, sus menús y sus camas.

Hipocresía y antipatriotismo, eso vi el sábado en el Tarajal. Quizás algunos de los asistentes simplemente sean políticos en busca de un vomitivo rédito, utilizando aquellas muertes y la ignorancia de sus potenciales votantes. Si de verdad estaban indignados el señor Alí y el señor Aróstegui, destinarán parte de sus sueldos a mantener a la próxima persona que pase la valla. No me cabe duda.

A todo esto, la izquierda moderada de Carracao, es injusta y cruel al querer premiar con la no expulsión la llegada a suelo ceutí. Legitima la travesía inhumana en la que se embarcan estos pobres supervivientes como la fórmula para acceder a la UE. Por otro lado, la izquierda radical pide el fin de las vallas, como si no existiese al otro lado ningún descerebrado deseando a crear el caos en nuestra sociedad.

Para más inri, hay quienes cuestionan el desempeño de la Guardia Civil en sus labores, aunque por suerte el cuerpo sabe que cuenta con todo el cariño y apoyo de la población caballa.

La mejor solución a mi entender, además del fomento de la solidaridad individual, pasa por el Parlamento Europeo. Revisión y modificación de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea... o legalización a nivel europeo de las 'devoluciones en caliente'. Quimera imposible con un PP en el poder que olvidó lo que es ser de derechas. Dentro de cuatro años, no me cabe duda de que lo planteará en Bruselas un eurodiputado de VOX.