- Todos los veranos en los medios de comunicación hay una noticia que irremediablemente salta a la actualidad en demasiadas ocasiones: “Se ha producido un incendio en…”.

Después de conocer las hectáreas quemadas y los daños ocasionados se cierra el suceso, para que sin transcurrir demasiadas fechas resurja irreductiblemente otro incidente similar, afectando a otra zona de nuestra geografía peninsular o insular.

Haciendo referencia a algunos datos, nos encontramos entre otros posibles los siguientes: “ En España apenas queda el 20% de las masas forestales originales”. “Cada verano el fuego arrasa una superficie media de 150.000 hectáreas” “La mano del ser humano está detrás del 96% de los incendios” Informaciones recogidas de WWF España.

Según la publicación: “España en llamas”, las Comunidades Autónomas por orden de mayor porcentaje de incendios son: Galicia, Castilla y León, Extremadura, Andalucía y Asturias, sin obviar el elevado número de hectáreas quemadas en el resto de Comunidades. Afortunadamente, Ceuta, en este aspecto está al final. “Calamar 2” en un artículo publicado el 28 de julio del presente año, en su cabecera decía “Galicia registra 400 incendios en una semana”. Sin duda, en este medio de comunicación donde aparece este artículo que escribo, han aparecido en demasiadas ocasiones informaciones de graves incendios ocurridos en todo el territorio nacional.

Podríamos seguir con más datos estadísticos, pero sin necesidad de aludir a los anteriores u otros que ofreciéramos, una pregunta nos puede herir gravemente nuestra sensibilidad. ¿Qué hay detrás de estas cifras y sus consecuencias para la biodiversidad y los ecosistemas de nuestro país? Lamentablemente la respuesta tiene que ver con la muerte, la desolación, la destrucción, el empobrecimiento, la pérdida irreversible de multitud de especies de animales, arbolado, vegetación, daños materiales, erosión descontrolada, paisajes fantasmagóricos y las víctimas humanas que desgraciadamente suelen acompañar todo el desastre mencionado.

Con este artículo no pretendo arremeter contra el Gobierno como responsable y causante de lo anterior, porque estas tragedias se han producido con Gobiernos de los diversos colores políticos. No pongo en duda que se han adoptado medidas para mejorar los medios y recursos de todo tipo, desde la limpieza de los bosques, hasta las dotaciones de maquinaria, aviones, helicópteros y el incremento de la coordinación de todos los servicios: Protección civil, bomberos, fuerzas y cuerpos de seguridad. También destacar la creación de la Unidad Militar de Emergencia realizada siendo Presidente del Gobierno, el socialista D.José Luis Rodríguez Zapatero. Tanto por las Comunidades Autónomas como por el Gobierno Central ha habido sensibilidad para enfrentarse a este tema.

También hay que valorar y destacar el esfuerzo de todos los técnicos y personas de las organizaciones e instituciones anteriores, que anónimamente han contribuido día y noche a paliar los daños, con el objetivo permanente de sofocar el desarrollo de los incendios, en lugares que por su situación y características orográficas han necesitado un esfuerzo sobrehumano para combatir los perversos sucesos.

Una vez dejado aclarado lo anterior, tengo que manifestar, que desde mi punto de vista, todavía no se está haciendo el esfuerzo suficiente para evitar que se produzcan estas catástrofes. Particularmente estoy decepcionado porque tengo la sensación que damos por inevitable que esta situación se desarrolle todos los veranos. Creo que al margen de donde se origina el incendio, el resto del país, tanto los ciudadanos como las instituciones y las autoridades políticas, todos, nos quedamos impasibles. Es cierto que no vamos a ir desde Alicante a Orense para apagar un incendio, pero pienso que se pueden adoptar más medidas respecto a la prevención.

Para combatir el incendio, una vez que se ha producido disponemos de muchos medios, pero desde mi humilde punto de vista, pienso que no se hace lo suficiente con la prevención como he mencionado anteriormente. Sólo planteo opiniones personales, no soy experto, pero no entiendo por qué si es posible movilizar a ingentes cantidades de efectivos una vez producido el incendio, por qué durante el verano no hay una movilización más numerosa de vigilancia con más recursos humanos de todo tipo, incluyendo a la propia UME y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que puedan contribuir más a prevenirlos.

Creo que se les debe poner lo más difícil posible a los pirómanos, descerebrados y provocadores de incendios, para que se puedan abortar actuaciones delictivas. Pienso que nos saldría más económico y evitaríamos un mayor número de desastres ecológicos, si nos adelantáramos con una mejor vigilancia producida con un mayor despliegue de recursos humanos, sin descartar grupos voluntarios de localidades próximas a zonas de alto peligro en el origen de incendios. Sinceramente creo que no tendría por qué preocuparnos que haya un mayor vigilancia policial y militar en los bosques. Lo que más indigna es observar cada vez con más frecuencia superficies quemadas y sin vida a lo largo de la “piel” de la superficie de nuestro país. Creo que no hay que descartar una reflexión y actuación más eficaz con medidas legales en el código penal y actuaciones judiciales rápidas y ejemplares en estas circunstancias.

Sobre todo lo concerniente a lo que estamos tratando, respecto a Ceuta, quiero resaltar la labor incansable de Nuria Miaja, como Secretaria de Ordenación del Territorio y Sostenibilidad del PSOE, que como responsable del medio ambiente del citado grupo político, siempre permanece activa y con un trabajo político persistente y eficaz, consiguiendo por su singular seguimiento, que los responsables de la política ambiental del Gobierno de la ciudad sean conscientes que el Partido Socialista no permitirá negligencias en su actuación.

También destacar actuaciones como la de los “Verdes”, en Ceuta, que son ciudadanos sensibles y responsabilizados ante este tema. Finalmente insistir en la necesidad de la unidad de todos ante este problema. Aquí, desde mi punto de vista, es necesario también un pacto nacional, porque nos estamos jugando el presente y el futuro de la supervivencia de nuestro entorno natural y de la calidad del medio ambiente.