urgencias 2
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Federación de Sanidad de CCOO de Ceuta

La carencia de médicos en nuestra ciudad ya no es noticia, porque a fuerza de tanto repetirse, nos vamos acostumbrando. El goteo constante de profesionales de todas las especialidades de nuestro “grifo” INGESA, continua, sin que ninguno de nuestros directivos tomen cartas en el asunto. Es evidente, hasta para cualquier profano en la materia, que algo pasa cuando un trabajador (en este caso facultativos especialistas) no es que no venga al INGESA de Ceuta a trabajar, es que una vez que viene (con las dificultades y molestias de mudanzas, cambios de domicilio, empadronamiento, conseguir alquiler, etc), se va. Y estos trabajadores-facultativos no se marchan para cobrar más (lo que, por otra parte, parecería lógico), sino que se dirigen a otras áreas sanitarias en donde las retribuciones son menores.

Esto hace que uno se plantee cuál es el problema. Esta misma pregunta deberían hacérsela nuestro Gerente y nuestro Director Territorial (y también por supuesto, nuestra flamante y nueva Directora del INGESA). Y, como suele pasar, una pregunta suele llevar encadenadas otras, a veces mucho más interesantes: ¿serán las condiciones de trabajo las que hacen que se nos vayan?, ¿serán las agendas desproporcionadas?,¿será que no a todos los trabajadores se les trata por igual?, ¿será que el reparto de trabajo no siempre es ni equitativo ni justo?. ¿será que no se sustituye en verano a ningún facultativo hospitalario?, ¿será que para conseguir irse de vacaciones tiene uno que trabajar el doble antes y después?, ¿será que ponen trabas para la conciliación?, ¿será la falta de posibilidades de desarrollo profesional?, ¿será que, cuando tenemos un buen jefe, se le pide que dimita por advertir sobre eventuales riesgos para la seguridad de los pacientes?, ¿será que no se cumple el máximo de jornada semanal, y se supera con creces?, ¿será la precariedad laboral?, ¿será que esos maravillosos contratos que ofrecen, de uno, dos o tres meses no son suficiente tentación?,¿será que ….?. Podríamos seguir planteándonos tantas dudas…y al final, el quid de la cuestión: ¿se han hecho estas mismas preguntas nuestro Gerente de Atención Sanitaria de Ceuta, y nuestro Director Territorial?, Y después de eso, la interrogante más difícil de materializar, la pregunta que da hasta miedo decir en voz alta, y que algún lector ya tendrá rondando por su mente: ¿será que no se hacen ninguna de ellas porque saben las respuestas, y a pesar de ello no hacen nada al respecto?

La carencia de facultativos especialistas es nuestra situación habitual, la crónica de la sanidad ceutí, y esta carencia se hace aún más patente durante los meses de verano, tanto en especializada como en Primaria (si bien en AP sí se sustituyen, aunque menos de lo que se debería, a algún facultativo). La pandemia COVID ha afectado a todo nuestro sistema sanitario, pero este tsumani sanitario ha arrollado de una manera mucho más intensa a Atención Primaria (incluyendo en ella al SUAP y al 061), al Servicio de Urgencias Hospitalarias y a la UCI. Con plantillas ya mermadas y sobrecargadas antes de la pandemia, han trabajado sin descanso y a destajo a lo largo de toda ella, y sus fuerzas van flaqueando. Sobre Primaria ya tuvimos ocasión de comentar sus múltiples dificultades y deficiencias organizativas, que a día de hoy, no se han resuelto. Toca hablar ahora de otros dos servicios afectados por el problema crónico de falta de personal, que hace que las condiciones de trabajo no sean las adecuadas, lo que sin duda favorece y es una de las causas de la “fuga” de facultativos.

A nivel hospitalario, la realidad es que, ya antes del periodo vacacional, la plantilla del Servicio de Urgencias Hospitalarias no estaba al completo, y para poder cubrir la atención continuada (las guardias que realizan los facultativos), se ha tenido y se tiene que recurrir a trabajadores “externos” a este Servicio de Urgencias. Si hablamos de la UCI, podemos decir que su situación es más crítica que la C de sus siglas.

ejecutiva sanidad ccoo

Ya empezó la pandemia con un facultativo de menos, porque nuestro Director Territorial, según parece, cuando fue nombrado como tal, decidió que no era necesario ser sustituido como facultativo perteneciente a la UCI, y que sus compañeros podían apañarse con un efectivo menos. A la vista está que en su lugar no se contrató o nombró a nadie. Vamos por cinco facultativos al inicio de la pandemia, cuando debían ser seis. Pero la resta no termina aquí, porque dos de estos cinco facultativos requirieron baja médica por diversas enfermedades, así que ha habido épocas con cuatro facultativos, y con guardias cada tres o cuatro días. En el mejor de los casos, guardias (de 24 horas de trabajo efectivo y presencial) cada cinco días, junto con la jornada habitual durante la mañana.

Y seguimos restando, porque en mayo de 2021, por un traslado perfectamente conocido y previsible, una de nuestras intensivistas se fue al SAS (con lo que la plantilla de la UCI queda reducida a cuatro intensivistas). ¿Se acuerdan del anuncio de que el Director Territorial iba a realizar guardias en la UCI?. Pues en eso quedó, en anuncio. A esto añadimos (y volvemos a restar), que uno de estos cuatro intensivistas que nos quedan, está actualmente de baja laboral, con lo que nos quedaríamos con tres intensivistas para hacer guardias, sino fuera porque la recién nombrada Jefa de Urgencias Hospitalarias, ha empezado a hacer guardias en UCI en junio de este año. Por fin tenemos una suma, pero si tenemos en cuenta que estamos en periodo vacacional, y que nuestros intensivistas se merecen y necesitan estas vacaciones más que nunca, volveremos a tener períodos con tres facultativos para asumir las guardias (al menos hasta que pueda incorporarse de su baja, si es que es posible y su salud lo permite, el restante del cuarteto al que ha quedado reducido el Servicio).

A esto hay que añadir que, evidentemente, si la Jefa de Urgencias hace guardias en la UCI, no las podrá hacer en su propio Servicio de Urgencias Hospitalarias, sin incumplir el régimen establecido de descansos establecidos por el Estatuto Marco. Este “desvestir a un santo para vestir a otro” no deja de ser un mal necesario actualmente, pero que se hubiera podido evitar si nuestro Gerente y nuestro Director Territorial hubieran hecho sus deberes a tiempo, y realizaran el trabajo que les corresponde, que es adecuar los recursos humanos a las necesidades asistenciales del área sanitaria, y no sólo captar los trabajadores que sean precisos, sino evitar que nos abandonen los que ya tenemos en plantilla.

No hay que olvidar que la sobrecarga de trabajo que acumulan tanto los trabajadores de Urgencias Hospitalarias, como los de la UCI, implica un deterioro en las condiciones de trabajo y de salud de estos trabajadores, redunda en una peor calidad asistencial y en un incremento del riesgo de cometer errores. Independientemente de la excelencia y dedicación profesional, el cansancio termina pasando factura, y esa factura la pagaremos los trabajadores del INGESA y los pacientes/usuarios (que somos todos). Sería hora de que empezaran a pagar los que nos dirigen, y que las reclamaciones y denuncias se remitieran a los que gestionan tan lamentablemente nuestra sanidad Ceutí.