- En el Día Internacional contra la Violencia de Género, queremos ir un poco más en nuestra concepción de“cómo debe de estar encaminada esta lucha alegando que “el maltrato es un continuo que no acaba cuando termina la relación, ni cuando la mujer denuncia, y mucho menos cuando se extingue la orden de protección.

Esta consideración se debe de tener en cuenta porque nos encontramos con muchas mujeres que, aun habiendo conseguido salir del ciclo de la violencia, luego el sistema las obliga a tener que seguir teniendo relaciones con su agresor, sobre todo en los casos donde existen menores.

Esto es como si una víctima de ETA a cabo de los años tiene que mediar con el terrorista. A nadie se le ocurriría tal despropósito, lo mismo ocurre con un pederasta. Por tanto, ¿cómo es posible que no se haga esto mismo con la Violencia de Género?. Mientras que un hombre condenado por maltrato siga ejerciendo su derecho a la paternidad, éste derecho no debe de estar supeditado sin contar con un servicio externo que medie entre la madre y el padre, para todos los casos que afectan al menor.

Es inconcebible que una mujer siga sufriendo ansiedad cuando recibe un mensaje, un correo o una llamada de quien hace años la maltrató. En la Ley sigue existiendo muchas lagunas que esperamos que, ahora con el pacto, se puedan solventar en beneficio ya no sólo de erradicar el machismo y el patriarcado, sino en la protección de las víctimas.

Seguimos afirmando que los niños están desamparados. Jamás se va a poder extinguir la Violencia de Género si los niños viven y normalizan la violencia de género. La justicia debe de hacer una reforma integral y aunar todos sus esfuerzos en la concienciación e información.

Esperamos que el protocolo de coordinación sea una realidad y que los minutos de silencios no cubran la agenda que realmente deberían de tener este Gobierno. Las mujeres que son víctimas no quieren minutos de silencio, quieren medidas, hechos y voces dispuestas a luchar por una de las lacras más evidentes que existen en la sociedad y la más silenciadas.

Por último, rechazamos los continuos debates sobre las denuncias falsas y los mitos del terrorismo de género que minimizan el maltrato y las consecuencias tan desbastadoras que tienen para una sociedad que se considera realmente democrática y decente. Los datos oficiales de la memoria de la Fiscalía marca la cifra de denuncias falsas en el al 0,010%.