Think Tank Hispania 1188

Hace poco la sede del Partido Popular de Ceuta recibió la afiliación del doctor Enrique Laza jefe de UCI del Hospital Universitario de Ceuta, el mismo se había dado de baja de la formación del charrán por sus discrepancias con las políticas rajoyanas en noviembre de 2017, cuál es su sorpresa que debe esperar una comisión para ver si lo dejan volverse a afiliar.

Seguramente las personas de esa comisión no conocen que significa en el conservadurismo y liberalismo la libertad y meritocracia, en un partido de derechas uno se va y vuelve cuando le apetece, algo que entienden muy bien Cayetana e Isabel Díaz Ayuso y muy mal "el club de Juan Vivas" y hasta "los chiquilicuatres" que rodean a Pablo Casado.

Es muy probable que desconocer que el doctor Laza tiene una formación de doce años y un continuum en la misma para ser Jefe de la UCI en una pandemia sea ya de por sí grave para una formación política que aspira a ser meritócrata pero a eso sumamos que nuestro admirado y querido Enrique es un humanista cristiano con valores conservadores y liberales, es decir justamente el reflejo de la exégesis del Partido Popular, es bastante plausible que los que parecen comisarios políticos bolcheviques decidiendo quién es digno sean personas con necesidad de agradar al que manda para la mera supervivencia, el doctor Laza no lo necesita en absoluto.

No ha de sorprender que algún anterior afiliado de VOX tampoco haya conseguido afiliarse después de que la Sede Nacional le dijera (como no puede ser de otro modo) que era por supuestísimo bienvenido, obviamente parece que en "el club de Juan Vivas" con manual troskista no opinan lo mismo sobre la libertad individual y la ampliación de la base de militancia en todo el espectro de la derecha, es decir absolutamente lo contrario que representan la liberal clásica Cayetana Álvarez de Toledo, el ordoliberal Juan Bravo o la paleolibertaria Isabel Díaz Ayuso.

Una cosa está clara Juan de Mariana y Francisco de Vitoria no han pasado por Ainara y es muy dudoso que por la Génova de Casado baste la persecución sobre la libertad que se hace con Cayetana y lo molesta que resulta para los colectivistas lanzadores de aceitunas la diva madrileña Isabel Díaz Ayuso.

Esos vicios acaban por ser devaluación ideológica que no deja de ser pérdida de principios, códigos, valores y fundamentos para construir un proyecto político más allá del personalismo, la predación y la mamandurria de satisfacer a gente con necesidades de mejorar sus vidas mediante cargos y dispuestos a matar a su padre para estar en ellos.

Nadie debe extrañarse de la comodidad de Vivas con el Psoe y los complejos de Casado con el mismo, el primero es un GrouchoMarxista y el segundo posee "el efecto Calimero" (me escondo en el huevo y grito "nadie me quiere").

Y como cierre, no puede eludirse la realidad ideológica que debe realmente ser el eje de análisis pero que dista mucho de serlo. La contaminación analítica que subyace en la población española, y casi mundial, me atrevería a decir, sigue siendo el inexacto e incluso fraudulento“izquierdas y derechas”, siendo que la única disyuntiva real es y no puede no ser el de estatismo o libertad. En este paradigma, tanto Vivas como Casado se han convertido no solo en fuertes representantes del estatismo, sino que lo han hecho dentro del marco ideológico del socialismo del PSOE. Lo cual los ha convertido en un subproducto de un producto de un submundo político que los convierte en un simple juguete barato que apenas puede ganar apoyos comprando voluntades. Eso sí, compradas con los réditos fagotizadores del estatismo. No obstante, la grandeza de Ayuso radica precisamente en la descentralización extrema. La descentralización no ya en autonomías. Ni siquiera en provincias. Es más, ni siquiera en municipios. Ayuso ha descentralizado en individuos dejando que cada individuo sea un ente en esencia libre. Lo demás, es despotismo (y por desgracia ni siquiera “ilustrado”). Por eso una arrasa, y los otros son arrasados.