Me resulta curioso el discurso electoral del Partido Popular en relación a CIUDADANOS. Suena a aquello de “la razón de la sinrazón, que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo”.

Primero, piden que no se vote a C’s: un voto inútil, un voto perdido, un voto para un gobierno radical, dicen. Mejor que se les vote a ellos “para concentrar el voto frente a…”. A continuación, y pasada la jornada electoral, desean y necesitan el acuerdo con C’s: un grupo parlamentario que desearían que fuera lo más numeroso posible porque hasta ellos lo ven, en el actual panorama político, como un elemento fundamental de estabilidad, de sensatez y de garantía para llegar a un Gobierno. En esto último, hágales caso.

Aunque entiendo que el voto a CIUDADANOS es el más complicado de obtener, también es el voto más inteligente. No estamos jugando, como los extremos, a blanco y negro, a derecha o izquierda, a buenos y malos. Algunos no quieren entender lo que significa un respaldo de votos democráticos para un determinado partido –el que sea-. O, mejor, sólo lo valoran para sí mismos. Votar a C’s es ir más allá de las dos únicas posibilidades que admite el PP: o gobiernan ellos –claro-, o gobierna el extremismo junto al independentismo. Hay otra opción, créanme.

CIUDADANOS no está jugando con las ilusiones y desesperanzas de los ciudadanos. No estila un discurso que hace denuncia y uso exclusivo de las necesidades que nos han traído los últimos años para exigir, con firmeza teatralizada, su resolución y punto: tiene voluntad de cambio y, además, echa cuentas. No plantea un discurso teórico o jurídico sobre la corrupción: cesa o pide ceses. No promete hacer lo que sabe que nadie podrá hacer, por inviable, por falta de recursos o por impedimento legal. Y no habla de quitar, sino de hacer. Y, sobre todo, no engaña ni considera a los votantes tontos de remate.

Que no, señores, que no estamos eligiendo un Gobierno; ni directa ni indirectamente. Estamos determinando la composición de un Parlamento. Serán los grupos parlamentarios y el juego político de las mayorías quien nos lleve –ojalá- a un Gobierno. Y aquí, mal que les pese a unos y a otros, y especialmente al Partido Popular, es donde CIUDADANOS ha demostrado más capacidades que ninguno de los demás grupos parlamentarios. Ninguno. Con la mucha o poca fuerza que nos den los ciudadanos.

Porque en estas elecciones, amigo Sancho, no votará don Quijote sino don Miguel.