Ceuta, Marruecos, Estados Unidos y la anomalía democrática

S.J. UVE


Alguna vez escribí algún artículo que titulé "la banca siempre gana". Y si gana es así porque hay un sistema que perpetúa que el poderoso no puede perder, obviamente.

Lo que está pasando en Ceuta no es más que la consecuencia de una política internacional donde la diplomacia (yo lo llamo "la mentira"), siempre se encargará de mantener las cosas en su sitio a pesar de las injusticias que puedan producir ese.

Por supuesto que Estados Unidos y la Unión Europea saben que el rey de Marruecos es un sátrapa y un dictador, pero "la diplomacia" y los intereses económicos juegan a su favor. La situación de Marruecos, geográficamente hablando, es privilegiada en muchos sentidos, y eso tiene un precio. Que el pueblo marroquí se muera literalmente de hambre mientras que su monarca se compra un palacio de 80 millones de euros enfrente de la torre Eiffel es una de las 10.000 cosas que a los que controlan el cotarro les da igual.

Veía el otro día un reportaje sobre la película Matrix. La realidad que vemos y vivimos es la realidad que los diez países más poderosos del mundo quieren que veamos. Por supuesto que otra realidad es posible, pero no les conviene que la veamos porque entonces los perjudicados serían ellos. Esa otra realidad llevaría a decirle al rey de Marruecos que es un miserable, fin, no hay más.

Pero entonces también tendríamos que decirle a Israel que se comporta de manera nazi contra el pueblo palestino, fin, no hay más. Pero entonces aparecen los Estados Unidos y "tapan a su fiel amigo". Es que no hay más, así le diera a Israel por aniquilarla franja de Gaza entera que jamás los americanos lo condenarían. Son cosas de la diplomacia...

Tanto en un caso como en otro hay resoluciones de la ONU hablando de la necesidad de un referéndum en el Sáhara y de los incumplimientos de Israel en los territorios ocupados, pero la "diplomacia", impide decir lo que es obvio. Y esto vale para el racismo en Norteamérica, para las vacunas en África o para las barbaridades de Rusia.

El mundo, como la vida misma, se mueve por intereses y nadie quiere salir perjudicado cuando de repartir se habla, es un sentimiento innato, sentimiento que aparca la conciencia de lo injusto: la banca nunca pierde.

Y luego a nivel nacional está esa anomalía democrática que es Vox (opinión), pero anomalía a la que votan 5 millones de españoles, muy españoles...

Lastima que no trabajen la indiferencia hacia ellos porque, sin duda, sería la mejor medicina. Pero el ser humano es pasional, es visceral. Claro que Abascal sabe lo que va a pasar si viene a Ceuta a una concentración prohibida, por supuesto, pero ahí es donde se mueve cómodamente, en la pelea.

Siempre digo que si todos piensan diferente a mí, puede ser, solo podría ser, que yo estuviese equivocado; eso no le pasa a Vox, ellos tienen la verdad absoluta aunque todos los demás firmen un manifiesto de convivencia, da igual. Ellos tienen razón aunque sean los únicos que niegan la violencia doméstica, ellos son los únicos que hablan de pin parental, ellos son los únicos que niegan el cambio climático, etc...

Esta mañana Abascal ha cancelado una entrevista con Susana Griso porque "no le gustaba el rótulo", sic. No hay más, ahí están cómodos.

Dicho todo esto, uno puede levantarse ante la injusticia aun a sabiendas de que poco puedes hacer en la práctica pero dejas tranquila a la conciencia, o uno puede decidir que la vida se circunscribe cada vez más a lo cercano: tu familia, tu pareja, tus amigos, tus mascotas. Pensar que más vale cuidar eso tan importante antes que meterse en batallas que, difícilmente puedes ganar, primero porque el dogmático no se da ni cuenta de que lo es y es perder el tiempo, y segundo, sobre todo, porque el sistema está hecho para que la banca gane y cambiar eso llevaría décadas, por eso admiro al, la que se levanta y lucha. Será que me estoy acomodando o que no estoy para peleas.

Eso sí, nadie podrá cambiar mis actitudes: si veo un gato en la calle lo cuidaré, si veo a un niño en la calle con hambre algo le daré, si veo algo que me parece injusto lo diré.