Cuando empecé a escribir artículos, no hace mucho, en Ceuta al día, recuerdo que no quería que se centraran exclusivamente en temas políticos. De hecho se puede escribir sobre multitud de cosas, pero he de reconocer que el tema político siempre me ha atraído.

Con el paso del tiempo mis ganas de escribir sobre la política han ido menguando, no porque haya dejado de interesarme, sino porque en la mayoría de los casos genera debates estériles y a fin de cuentas las opiniones, opiniones son, y cada uno puede tener la que quiera. Además, enseguida, en función de lo que escribas te encasillas, o eres del PP, o eres socialista (antes solo había esas dos opciones), o eres de Podemos. La gente no piensa que te pueda gustar UPyD, IU, Ciudadanos, los verdes…Es más, se da por hecho que si te gusta una determinada ideología, ya automáticamente has perdido tu capacidad de crítica sobre el partido que te gusta, o sea, justificas todo lo que hace ese partido simplemente porque es el que te gusta. No, no me gusta pensar así. Puede gustarme una determinada ideología pero no tiene porque gustarme todo lo que hace el partido político que sea, en absoluto. No me gusta parecer un borreguito adoctrinado.

Hace algún tiempo vi una película de Robert Down Jr, Sherlock Holmes, y le decía el afamado detective a su amigo Watson: “datos, datos, datos Watson, sin datos no puedo inferir hipótesis ni deducir”. Ahí sí que me gusta moverme, en los datos, no en las opiniones (puedo pensar que Rosi de Palma es más guapa que Monica Belucci, es mi opinión).

¿Por qué mi desgana a hablar sobre política? Pues porque cuando argumentas con datos, objetivos (dando por hecho todo lo objetivo que puedan ser los datos…), con cifras y tu interlocutor te dice lo contrario, ¿cómo le rebates eso? Es frustrante y cansino.

Cuando alguien te dice que la Guardia Civil, en la cual tengo no solo amigos, sino familiares, no lanzó pelotas de goma a los inmigrantes en la playa del tarajal, y tú lo estás viendo con tus propios ojos, porque está grabado. ¿qué le dices a esa persona? ¿cómo mantienes una charla con él? Y por supuesto después vienen las opiniones de los demás al respecto: si este crítica a la guardia civil es de Podemos, es de IU o es comunista. ¿Tan difícil es pensar que simplemente criticas una actuación de la Guardia Civil de igual manera que los alabaría cuando hacen las cosas bien?

Cuando el Ministro de Hacienda hace un año se planta en el Congreso y te dice que los sueldos en España están creciendo moderadamente (sic), mientras que organismos internacionales alertan a España de que la bajada de salarios afecta al consumo interno y a la recuperación económica, ¿cómo argumentas, con hechos, contra esa persona?

Cuando un socialista justifica, solo porque le gusta esa opción ideológica, los eres de Andalucía o habla de que su política económica es de izquierdas cuando siempre que han gobernado lo han hecho para proteger a los bancos y a los mercados, ¿cómo argumentas eso? La ley que permite desahuciar a las personas de su casas es del siglo XIX... ¿Nadie tuvo tiempo para cambiarla?

Pues eso, ya prefiero ver, oír y callar, como decía mi padre, a no ser que el interlocutor sea capaz de discutir con argumentos y datos, sin etiquetas y sin prejuicios. Entonces sí, entonces sentémonos a hablar sobre política.