Los tres terroristas que asesinaron a sangre fría a 17 personas en Francia son unos asesinos sanguinarios y sin alma. El que no reconozca eso es que tiene un serio problema de percepción de la realidad; no, no puede haber excusas ante semejante barbarie. Ver como ejecutan de un tiro en la cabeza al policía herido, musulmán por cierto, da muestra de la frialdad y maldad de semejantes individuos. Y como asesinos implacables que son no me merecen ningún respeto y aunque sea poco cristiano tengo que admitir que su muerte por las fuerzas de seguridad francesa no me causa ninguna pena, lo siento, mentiría si dijese lo contrario.

Lo que sí me gustaría es que fuésemos capaces de ver, sin sesgos, sin ideologías, asesinatos tan repugnantes e intolerables como esos. Cuando Netanyahu ordena bombardear un hospital de la ONU matando, además de niños y enfermos, a enfermeros y médicos de la propia ONU, eso también tiene un nombre. Buscar justificaciones políticas a semejante acto nos convertiría en fanáticos del mismo nivel de los que ahora criticamos. No, no me parece justo que utilicemos eufemismos para describir una acción que es tan asesina como la anterior, y más cuando los fanáticos son “ellos”, nosotros somos “civilizados”.

Cuando existen personas en España, no ni una, ni dos…que se están muriendo, sí, muriendo, porque tienen una enfermedad que se cura con una pastilla, o sea, pueden ver la dichosa pastilla en frente de sus ojos y no se las dan, eso debe de tener un nombre. Me da igual que exista una farmacéutica asesina que quiera traficar con la pastillita, en una sociedad civilizada como la nuestra, eso no puede pasar, no debería pasar, pero desgraciadamente ocurre, cada día. Y no me vale la excusa del dinero, con la salud no se negocia. Pensad que os pasara a alguno de vosotros o algún familiar; ¿qué haríais por conseguirla? Si es muy cara, o que negocien el precio o que expropien la patente, me da igual; en Estados Unidos saben cómo se hace eso, ya han expropiado varias veces. Si no hay dinero para eso tampoco debería haberlo para muchísimas otras cosas, y lo hay…

Cuando criticamos los métodos asesinos de los grupos radicales islamistas, que lo son, y yo jamás los justificaré porque son injustificables y tienen toda mi repulsa, pero al mismo tiempo justificamos que existan cárceles como Guantánamo, donde sistemáticamente se ha torturado hasta la muerte a personas, hasta el punto que el propio Senado estadounidense ha criticado dichos medios, estamos volviendo a caer en un fanatismo equiparable al de los “malos”.

No, espero que nadie piense que intento justificar nada, para ello solo tienen que leer el primer párrafo del artículo, eso sí, no seamos tan injustos de mirar para otro o de justificar conductas en función de nuestras ideas, no sería justo: el asesino es asesino aquí y allá, ahora y después.

Daba grima ver, por ejemplo, al presidente ruso en una manifestación a favor de la libertad de expresión, y otros tantos… Yo soy Charlie Hebdo, por supuesto que sí, y Jose Couso, y cualquiera de los inmigrantes muertos el año pasado en la playa de Ceuta, y cualquier ciudadano muerto por la hepatitis C, y cualquier niño palestino o judío asesinado por la sinrazón de la guerra y el fundamentalismo, soy todos ellos, todos.

Descansen en paz las víctimas de Francia, por supuesto, y los demás también.