Día de la Hispanidad y simbología

S.J. UVE


niño bandera españa

S. J.

El día de la hispanidad lleva años convirtiéndose en una lucha de banderas, himnos, símbolos y bandos encontrados.

Por partes, si vamos al dato meramente histórico aquello fue un genocidio de dimensiones biblícas, el que no lo quiera ver es que es incapaz de ver lo obvio (tristemente algo cada vez más común) o le gusta llevar la contraria.

Pero también no es menos cierto que juzgar unos hechos de hace seis siglos con los ojos actuales, no solo es tremendamente injusto, sino un acto de frivolidad: fuimos un imperio y como tal nos comportamos, como lo han hecho todos los imperios, o sea, sometiendo al conquistado.

Se reconoce y ya está, no es más español el que defiende lo que hizo su país a pesar de la carnicería que aquello supuso.

El tema actual ha derivado en una guerra de símbolos, donde cada cual pretende arrogarse la españolidad como patente de corso de amor a su país.

Podríamos entrar en disquisiciones forma/fondo sobre quién ama más a su país, el que lleva reloj con la banderita de España pero las cuentas las tiene en Suiza o el que lleva la camiseta del Che pero paga sus impuestos religiosamente en territorio español.

Pero no, el tema del artículo va sobre la simbología. Los partidos, llevados sobre todo por la irrupción de Ciudadanos y el peligro en las urnas que eso supone para el partido popular, se han concienciado en convertirnos no en ciudadanos normales y pensantes, sino en hinchas de fútbol (interesante ver como PP y Ciudadanos luchan por el mismo nicho de votantes pero a la vez se necesitan para frenar a la izquierda)

No quieren sujetos capaces de discurrir, quieren forofos: si cuelgas la bandera de España en tu balcón eres de mi equipo, si no estás en contra de él.

Si gritas Viva España, estás junto al Rey haga lo que haga, si bendices a las fuerzas armadas, eres de mi equipo, si no eres del contrario.

La simbología como referente de confrontación entre ciudadanos; en vez de buscar el raciocinio y el diálogo, busquemos la bronca y la polémica para ganar votos. 

Si llevas lazos amarillos eres bueno/malo, si no eres lo opuesto. No tenemos líderes políticos, tenemos generales que quieren a su ejército presto para la pelea (o sea para discutir con el vecino o el amigo)

Nada, pero nada ni nadie conseguirá ese objetivo conmigo. Puedo tener nis ideas, puedo estar convencido de mi ideología pero nadie logrará que me enfrente a mi hermano o a mi amigo simplemente porque piensan diferente a mí.

Tengo amigos en el espectro ideológico opuesto al mío a los que amo, y personas con mis ideas que me parecen mala gente.

Tengo amigos del Barca (soy madridista) a los que defendería en cualquier situación.

Tengo amigos ateos, creyentes, agnósticos, musulmanes, españolistas, "podemitas", "Riveritas", legionarios, anarquistas, capillitas, herejes, etc, y esos políticos no van a lograr sembrar la discordia. Suerte que mis amigos también sean así, claro.

Yo sé elegir a mis amigos. Y los juzgo por sus acciones, no por los símbolos que lleven, ni las banderas que extiendan ni por los lazos que pongan.

Inténtelo de otra forma, conmigo no les sirve.