La gente de Madrid votó y no voy a caer en el tópico de "culpar" a la inteligencia del votante. Votaron y ya está.

Todo esto ha desencadenado una serie de consecuencias, entre ellas la dimisión del exvicepresidente del gobierno, repito aunque duela.., del exvicepresidente del gobierno Pablo Iglesias, que así se llama.

Hace tiempo que intento, solo intento y no lo consigo, hablar menos de política porque el nivel de crispación y de polarización es tan grande, que las emociones se imponen a la razón, y a mí eso no me va: los "míos" no hacen nada mal y son los "buenos", los "tuyos lo hacen todo mal y son los "malos".

Es tan el nivel de crispación, alentado por unos medios de comunicación que hace tiempo perdieron el decoro y la vergüenza que llamar "rata" a una persona, se hace con naturalidad y sin ningún tipo de pensamiento autocrítico que haga pensar: ¿Y yo por qué llamo rata a una persona que no me ha hecho nada?

¿Imaginan ustedes que el nivel de irrespetuosidad llegara a tal extremo que Abascal fuese llamado la comadreja neonazi o Ayuso la faraona de los mundos

de Yupi? ¿Cuándo llegó el odio a superar a la educación? ¿Cuándo se perdieron de tal manera las formas que ni siquiera se trata el fondo de los asuntos en los debates? Sanidad, educación, paro.

Jamás, jamás, y esto es una opinión vi, escuché y leí tantos ataques,querellas (todas perdidas), insultos, vejaciones, etc, hacia un partido como lo que he visto con Podemos (repito, opinión, no dato). Hasta se llegó a crear una “policía patriótica" para inventar pruebas falsas: dato.

Si a usted se le llena la boca al llamar rata a una persona cada vez que habla de ella, debe aceptar con naturalidad que insulten a "los suyos" en cualquier tipo de conversación.

¿Que es lo peor para mí? Que hay personas, decenas de miles, que son incapaces de entender o mirar hacia dentro y recapacitar un solo segundo lo que estoy diciendo: "si yo insulto, pueden insultar..., no me habrán escuchado jamás llamar comadreja neonazi a una persona que tiene nombres y apellidos.

Eso sí, si me leen de vez en cuando, sabrán que me encanta diferenciar entre datos y opiniones porque soy de los que piensan que los datos son indiscutibles, salvo para el fanático, y hay muchos.

Y lo que voy a decir ahora son datos, irrefutables: La gente de Madrid (en su legítimo derecho), ha votado mayoritariamente a un persona que:

1. Ha llamado mantenidos a los que hacen cola para comer 

2. Creó un protocolo para que enfermos de Covid en residencias NO PUDIESEN SER DERIVADOS A UN HOSPITAL, el resultado ya lo sabemos...y se acepta con naturalidad.

3. Presume de poder tomar una caña al salir del trabajo aunque no tengas trabajo o si lo tienes no te da para pagar el alquiler. Eso sí, verdad es que si te peleas con tu novio, verdad es que no te lo vuelves a encontrar (solo pasa en Madrid...obvio).

4. Pactará, si le hace falta con un partido que:

A) Niega la violencia de género, ojo, NIEGA LA VIOLENCIA DE GÉNERO (el número de mujeres asesinadas desde que hay registros búsquelo en Google)

B) NIEGA EL CAMBIO CLIMÁTICO (sin comentarios)

C) NIEGA QUE LAS VACUNAS SEAN EL REMEDIO CONTRA LA EPIDEMIA (¿Pa qué...?

D) Y esta es de órdago... AFIRMA QUE LA DICTADURA DE FRANCO, ojo, una dictadura..., fue mejor que el gobierno actual. P. D. El otro día una buena persona me dijo: "yo opino igual".

A partir de ahí, si quieren podríamos entrar en otras disquisiciones de tipo político o filosófico, pero ni soy politólogo, ni soy filósofo. Lo cual no quita para que piense que vivimos demasiado deprisa, acelerados, crispados y llevados por una serie de emociones que en nada contribuyen al entendimiento y al uso de la razón y la lógica.

Si negamos que somos una sociedad machista, si negamos que nuestra sociedad es patriarcal, si negamos que la sociedad norteamericana es racista, si negamos que a las farmacéuticas les importa poco la vida de las personas, que a los grandes monopolios solo le importan los beneficios, si negamos lo obvio, solo estaremos negando la realidad y así difícilmente podremos mejorar el día a día.

Mañana, ese votante al PP en Madrid cuando se despierte, que piense por qué cobra 950 euros de salario mínimo, por qué se le ha prorrogado el erte, por qué se librará de ser despedido estando de baja médica, por qué su madre cobra la ayuda a la dependencia o por qué su hermano/a va a cobrar una renta mínima vital estando sin trabajo.