S. J.

¿Qué tema hay en nuestras vidas más cotidiano y mundano que disfrutar o sufrir por amor?

¿Cuántos millones de persona se sienten dichosas o están sufriendo por amor hoy mismo?

Me decía una amiga que las relaciones de hoy día entre la rutina, la monotonía, la dejadez, el pasotismo, la falta de comunicación, el liberalismo, y muy mucho la influencia de las redes sociales en su aspecto más negativo, concluía ella que "no hay amor como el de antes". Sic.

Cuando habla de "amor como el de antes", estoy pensando en nuestros padres. Pero es que esa generación jugaba en una liga aparte, eran de otro material. Y no solo en esos temas tan sentimentales, sino en general. Estaban curtidos en mil y una batallas, pasaron hambre, necesidades, guerras. Vi a mi padre soportar el cáncer (y morir),con una entereza y fortaleza a la que yo ni me acerco. Estaban hechos de otro material, jugaban a otra cosa.

Claro que "antes" se "soportaban" cosas que hoy costarían más; el nivel de independencia de la mujer de hoy día no tiene nada que ver con el sometimiento femenino de aquella época. 

Y además ellos no tenían internet (ni todos los perjuicios que causa hoy día en temas amorosos)

Pero ¿qué pasa hoy día? ¿Por qué tanta separación, divorcio, dolor?

Modestamente pienso que compenetrarse con una persona es de partida tan increíblemente difícil que ya empezamos mal.

Cada uno/a de su padre y de su madre, con sus taras y sus mochilas de la infancia y la adolescencia, cada cual con sus manías. Lo que me parece increíble, a priori,  es que haya tanta gente emparejada (creo que hay demasiada gente que está en pareja por temas que nada tienen que ver con el amor: Opinión) Me resultaría más comprensible que hubiese más gente "sola".

Bien, pongamos que ya hemos conocido a esa persona que nos atrae. Ahora viene conocerla en profundidad, con el trato, el roce, el tiempo. Ojú, ya empezamos a ver cosas que no nos gustan (normal, no nos puede gustar todo de alguien), pero bueno, es el principio, ya nos entenderemos...

Luego de haber pasado a otra fase hasta la química juega en nuestra contra (ver el documental "El sexo de los dinosaurios"), y resulta que nuestro jodido cerebro empieza a generar menos oxitocina (hormona del amor), joder, todo juega en contra.

Un amigo mío hace años dijo una frase que se me quedó: "¿No te cansarías de comer jamón todos los días"? Metáfora para decir que de todo se cansa uno. Brillante ejemplo.

Y para más inri y para dicultar más el asunto nos encontramos con internet: ese gigantesco monstruo que fagocita y destruye parejas vía páginas de contacto, vía Facebook, vía lo que sea. ¿Cuántas miles y miles de relaciones al garete por el dichoso internet? Que sí, que obviamente el que no quiere nada le sobra internet y le sobra todo, pero ahí está, esperando cauteloso, a la espera de cualquier debilidad y ¡zas!, golpe mortal: te dejaron vía WhatsApp por uno de Meetic.

Sí ya de por sí la monogamia, desde un punto de vista antropológico, es para hacérsela mirar...pero no estamos preparados, si encima le añadimos redes sociales, pues resulta que tener pareja hoy día seria, responsable, leal, comprometida, parece más difícil que ver a Abascal y a Irene Montero de copas por ahí. 

Nota mental: ver un día la isla de las tentaciones para comprender el grado de estupidez que hemos alcanzado.

Con lo cual, amiga mía, desde mi supina ignorancia solo me voy a permitir darte un solo consejo: cúrate en salud y por si acaso, solo por si acaso, adopta un perro. Ese no te falla. Fin.