Hoy se celebra el Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer

S.J. UVE


Lo primero que se me pasa por la cabeza es el camino que aún, inmenso, nos queda por recorrer.

Lo segundo, pero no menos importante, es la aversión que me produce que haya hombres que sean capaces de agredir a las mujeres simplemente aprovechando, en general, su mayor fuerza física. 

Lo tercero que pienso es que creo que lo primero que debo hacer para intentar cambiar algo es cambiarlo yo primero, y, evidentemente, aunque no me dé cuenta, tengo comportamientos machistas.

Quiero dejar claro que cualquier tipo de violencia, a priori, me resulta deplorable, la que sufren los animales también, por ejemplo.

Ahora mismo, escribiendo sobre el asunto, salen compañeros para la concentración simbólica como apoyo a las mujeres. Y justo en ese momento mis dos compañeros en el trabajo empiezan a decirme que ellos están en contra de cualquier tipo de violencia pero no que no salen a la concentración porque "debería haber un día de apoyo a los hombres maltratados".

Les digo que estadísticamente hablando, son más mujeres las que mueren a manos de los hombres que al revés. En ese momento uno me pregunta "¿Por qué la gente de izquierdas protegéis tanto a las mujeres? Yo le contesto que no tiene nada que ver con izquierdas o derechas y que lo veo más de sentido común.

En entonces cuando la conversación se torna más profunda al decirme uno de ellos que "sólo vemos las consecuencias de algo, pero no la raíz". Yo le pregunto que cuál es la raíz, y me contesta que "a veces la mujer lleva tan al límite a un hombre que justifica lo que el hombre haga". Sic.

Entonces yo le argumento que, desde ese mismo punto de vista, pueda ser que el hombre lleve a tal extremo a una mujer que justifique cosas que pueda hacer la mujer al hombre y me contesta: "no, porque las mujeres son diferentes, hacen daño de otra forma, saben cómo hacer daño de verdad".

 Les digo que si eso no les parece un comentario poco científico y con poca base lógica (amén de machista), y es entonces cuando cada uno de ellos me hace una pregunta a cual más descriptiva de todo lo que estoy hablando. Pregunta una: ¿Tú te has separado alguna vez?

Pregunta dos: ¿Tú conoces alguna persona que tenga más poder que una mujer?

¿Entienden ahora lo del camino que nos queda por recorrer?

Claro, claro que habrá mujeres malas y perversas, y policías, y electricistas, y abogados, y bomberos y mecánicos... La maldad no entiende ni de sexos, ni de edad.

Yo solo constato un dato: los hombres matan más a las mujeres que al revés y si queremos enredar los argumentos para llegar a un punto de equidistancia en la violencia entre hombres y mujeres, yo no voy a caer en la trampa.

No, como alguno me preguntaba: ¿Somos todos los hombres unos asesinos? Pues no, pero que matamos a mujeres, sí. ¿En un porcentaje mínimo? Si, gracias a Dios, pero que muchas mujeres sufren maltrato o son asesinadas es innegable, de igual manera que la brecha salarial entre hombres y mujeres es un dato, no una opinión.

El principal problema radica en personas que niegan lo obvio (cuánto daño a hecho Trump), o que haya partidos en el Congreso de los Diputados que nieguen la violencia contra la mujer.

Sí, camino muy largo por recorrer y ese camino lo tenemos que recorrer hombres y mujeres de la mano, con educación y eso es lo que me da miedo: ¿Estamos educando correctamente?