Ley trans, géneros, Luis, Luisa...

S.J. UVE


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Vaya lío que tengo con todo lo que implica el género, el sexo, etc. Creo que no estoy preparado, por generación, por educación, y por infinidad de temas más, a asimilar tantos cambios en esta materia. Cuando me pongo a leer sobre la diversidad de géneros existentes lo primero que veo es un exceso de géneros, creo que algunos se podrían subsumir en otros sin llegar a ser tan específicos o concretos: genderqueer,  agénero, pangénero, fluido, bigénero... qué lío. Me imagino a mi padre opinando sobre todo esto...jajaja, como no era cerraete,  qué va! El problema es que, quizás, yo también lo sea, porque creo que se nos está yendo un pelín de las manos.

Y que conste que lo que sí que me da igual es lo que cada persona sienta o quiera ser, en ese sentido toda mi comprensión. A mí no me hacen daño ninguna de estas personas, al menos en ese sentido no me acerco al troglodita de Bertín Osborne, macho de tarde de toros, mujeres guapas, fútbol para machos y otros adjetivos del típico señorito de Jerez que ama a España pero que se lleva la pasta a paraísos fiscales porque "¿quién no intenta defraudar a hacienda"? Sic. Personas así sí que hacen daño, mucho.

El problema, para mí,  radica cuando tenemos que llevar al plano de lo práctico toda esa teoría farragosa, para la que repito, no estoy educado. Imagino que nuestros niños lo verán con otros ojos, menos mal.

Dejando aparte el tema penal de que ya no sé cuándo es violencia machista o no en casos de cambio de género, como la ley permite dicho cambio a partir de los 16 años con tan sólo ir al registro y notificarlo y ratificarlo 3 meses después, se puede dar la paradoja de que, por ejemplo, en una oposición, y creo que ya algún caso se está dando, Pepe, se presenta a una oposición aprobando el psicotécnico como Pepe, y cuando llegan las pruebas físicas se presenta como Pepa, compitiendo con el resto de mujeres, a las que pudiera ser que arrase, porque al lanzar el balón medicinal de 3 kilos (el de mujeres), y no el de 5 (el de hombres), Pepa lo está lanzando con la fuerza de Pepe, no sé si me explico.

Y ahí es donde sale mi parte más retrógrada porque pienso, salvo casos particulares, que en términos generales, el hombre (macho), es más fuerte que la mujer (hembra), y no me refiero a la fuerza del umbral de dolor y de cosas semejantes, me refiero a que no conozco ninguna prueba atlética en la que la marca de la mujer sea mejor que la del hombre, y ojo, que voy al gimnasio y estoy seguro de que habrá mujeres más fuertes (de fuerza), que yo o que me den una paliza en un ring, pero yo hablo en términos generales.

He aquí, oye, fíjate,  donde puedo entender la frustración de Manoli, Carmen, Yolanda o Esperanza al ver como Pepita lanza el balón medicinal o se cuelga de la barra cual longaniza y para bajarla hay que pegarle un tiro.

Ahí, y justo ahí es dónde pienso que habría que tener muy clara las ideas y saber dónde estamos para no caer en situaciones injustas, porque síi pretendiéramos ser justos 100%, podríamos llegar a concluir que las pruebas deberían tener las mismas exigencias para hombres y para mujeres, cosa que tampoco veo justo, porque parto de la base, como he dicho antes de que Juan va a hacer, siempre en términos generales, más dominadas que Carolina.

Imagino que el peso de mi educación es tan fuerte que me cuesta salir de ese pensamiento machista,  que lo soy, seguro, porque yo, Salvi, en términos generales...si soy Policía, prefiero en una pelea ir en el coche con Juan que con Juani...yo, salvo que Juani sea karateka, en cuyo caso ponte a mi lado, Juani de mis entrañas, o delante mejor.

Lo dicho, me faltan resortes para asimilar todo esto. Así que hoy mejor que nunca escucharía con interés vuestras opiniones al respecto, sobre todo las que fueran diferentes a la mía y me ayudasen a comprender.