Mujeres, hombres y viceversa pero en modo rencor

S.J. UVE


Solo tengo que mirar a mi alrededor y escuchar las diferentes aventuras y desventuras por las que pasan, pasamos, muchas personas, para extraer conclusiones.

Pero además, desde que existen las redes sociales, esto es mucho más visible (la gente tiene tendencia a contar sus intimidades al público en general vía Facebook, por ejemplo).

No, no voy a juzgar, ni siquiera voy a hablar sobre lo que cada uno/a está dispuesto/a a enseñar y mostrar al público (tengo opinión al respecto, obviamente), pero deberíamos pensar en estas cosas de una manera menos frívola...El "yo digital" puede arruinar muchos aspectos del "yo real", cuidado.

Pero sobre lo que sí quiero hablar, es sobre un aspecto que condiciona la felicidad de muchas personas, especialmente de los niños.

No digo nada nuevo cuando hablo de la cantidad ingente de ruptura sentimentales que se producen a diario. Bien.

Tampoco voy a hablar sobre los motivos o causas de ello (tengo opinión al respecto, obviamente), pero sí sobre las consecuencias que dichas rupturas causan, no sobre los dos adultos implicados, (cada uno que se lama las heridas como pueda), sino sobre los hijos resultantes de dichas uniones.

No, y tampoco voy a hablar sobre la, para mí, "facilidad" que tiene la gente a la hora de decidir tener hijos; da la sensación (a mí), de que se creen que es como comprar un coche...

Uno, que es cobarde por sistema (yo), asume que esa responsabilidad le parece excesiva. Pero, eso sí, asisto con una mezcla de sarcasmo e incredulidad cuando el padre/madre irresponsable me dice que tanta cobardía no es buena...

Bien, veamos como afrontan muchos "valientes", no todos, gracias a Dios, la paternidad/maternidad. Y, ¡ojo!, aquí no hago diferencias entre hombres y mujeres, aunque la estadística...

Cuando el divorcio se consuma, hay que establecer el típico régimen de visitas: fines de semanas alternos y martes y jueves de 6 a 8, por ejemplo....

Bien, preguntas para el/ella/los/las valientes:

¿Cómo es posible, que, salvo motivo justificado, incumpláis esas visitas?

¿A qué padre/madre le sobran sus hijos?

¿Acaso no pensáis en el daño que le hacéis, no a la pareja, (en muchos casos a propósito...), sino a vuestros hijos?

¿Cómo podéis no cogerle el teléfono a la pareja cuando llama para preguntaros por qué no vais a recogerlos y sin embargo estáis en línea en WhatsApp?

¿Cómo podéis soltar mierda por la boca a vuestros hijos sobre las "bondades" de la madre o el padre cuando le habláis a unos niños de 4,5, 6 años?

¿Cómo podéis escaquearos a la hora de comprarles ropa, zapatos, libros?

¿Cómo podéis, descerebrados/as (lo siento pero me enervo), utilizar a los hijos como herramienta para hacer daño al otro?

¿Cómo podéis disfrutar del dolor ajeno del otro pero utilizando a los hijos como estiletes?

¿Valientes? No, amigos/as, la palabra que os define es miserables.

Claro, claro que duele que te dejen, claro que te duele la indiferencia, claro que el desamor duele, claro que duele el despecho, pero, pichitas/chochetes, haced como el anuncio de hemoal: sufridlo en silencio; te tragas tu orgullo, lloras en tu cuarto, te tomas el relajante antes de dormir, aprende a soportar ese dolor en el pecho, deja que el tiempo haga el resto, pero deja a tus hijos fuera de la ecuación.

Si ya de de por sí es indigno (lo veo a diario...), el lenguaje que utilizáis y los insultos que soltáis, vía WhatsApp, teléfono o incluso Facebook contra el otro, no encuentro la palabra para definir el daño que hacéis a los hijos, ¿ruindad tal vez?

Tanta inquina, tanto odio, tanto rencor no puede ser bueno. Y ahí andáis, con las frasecitas de Coelho y las indirectas en Facebook para que lo lea el otro. Sorprendente que no lleguéis a pensar que cuando una persona te ha dejado, le da exactamente igual lo que publiques, simplemente no te quiere, asúmelo.

Pero claro, esos comentarios de la patulea de amigos/as del tipo: "claro que sí, amigo/a, ya se arrepentirá". "Amigo/a, tú vales mucho, el/ella, se lo pierde". Di que sí, el tiempo pone a cada uno en su sitio". O ese ya típico de: "amigo/a, vuela libre".

No, casi seguro que no se arrepentirá, casi. Perderse no se pierde nada porque no quiere reiniciar nada; el tiempo lo o la pondrá en su lugar pero no volverá contigo; y puedes volar todo lo libre que quieras, mientras que no olvides, tu libertad vale 0.

¿Tan difícil es aplicar el sentido común? ¿Tan complicado es saber diferenciar el aspecto pareja del aspecto hijos?

Sí, soy un cobarde por no tenerlos, pero creo y opino, desde la más absoluta de las ignorancias, que si los tuviera, me faltaría tiempo para estar con ellos. (Habla un no padre con todo lo que ello implica).

Afortunadamente también veo esto a diario a mi alrededor: pero claro, yo elijo a mis amigos...