S. J.

No, tranquilos, no se me pasa siquiera por la cabeza el hecho de suicidarme. El título era solo para llamar su atención. 

De igual forma que algo deberíamos hacer todos para llamar la atención sobre un problema cada vez más frecuente en nuestra sociedad: el suicidio.

Lo primero que deberíamos hacer, y es lo que me parece más difícil, es cambiar el paradigma existente en nuestra sociedad con respecto a las enfermedades mentales. El hecho de reconocer que vamos, por ejemplo, al psicólogo ya lleva implícito connotaciones negativas: "este/a está majara perdido/a".

Seguimos con ese estigma que es reconocer que no nos encontramos bien mentalmente, cuando, personalmente, creo que estamos más de uno de psicólogos, no porque estemos "locos", sino porque la vida a veces golpea fuerte, muy fuerte: familiares que mueren, perspectivas laborales inciertas, familias desestructuradas, predisposiciones genéticas "débiles", pandemias varias, etc.

No, no debería ser un síntoma de debilidad. Poco a poco parece que con el reconocimiento de algunos famosos (espejo en el que nos miramos muchos), de que tienen serios problemas en su psique, nos animamos a verlo como algo no criticable, más bien como algo más humano.

En España unas 200 personas intentan suicidarse diariamente, 10 lo consiguen. Tremendo.

Dentro de esa concienciación de todos debería tene especial incidencia los medios de comunicación y la clase política.

¿Cuántos anuncios relativos a muertes por accidente de tráfico han visto ustedes en radio, prensa y televisión? Infinidad, ¿verdad?

¿Y referentes al suicidio? Yo se lo digo: 0

Pues en España muere más gente por suicidios que por accidente de tráfico.

Otro tema fundamental sería el número de psicólogos y psiquiatras que hay en España: 3 veces menos que la media de la Unión Europea.

Una persona, desesperada, que piensa en quitarse la vida no puede ir a la Seguridad Social a pedir cita porque se encuentra "mal" y recibir una cita para dentro de 6 meses...

La falta de esperanzas, la desesperación, la ansiedad, las crisis de angustia, deben ser atendidas lo antes posible; hablamos de salud, no del debate de la isla de las tentaciones ni del sorteo de Champions.

La persona que piensa, que tiene en mente la idea de quitarse la vida debe estar sufriendo de tal manera que lo que necesita es ayuda y apoyo urgente, pero entre que no lo dice (por la repercusión negativa que tiene), y la tardanza en recibir ayuda profesional, esa persona cae en la más absoluta de la desesperación.

Vivir es un regalo, sin duda, pero la vida no es siempre bonita, ni fácil y golpea de manera que muchos se ven superados, ya sea por una tendencia vgenética al pesimismo o porque sus circunstancias lo machacan.

En pandemia todo esto se está recrudeciendo y, o la clase política se pone las pilas a base de más concienciación y más profesionales, o vamos a tener una pandemia pero de suicidios.

Hay que estar mal, muy mal para quitarse la vida; vamos a darle al tema la importancia que tiene. Vivimos demasiado rápido, vivimos demasiado estresados, vivimos demasiado alterados. 

Empecemos por darle a las personas unas condiciones de vida dignas, no podemos, no debemos tener una sociedad con semejante nivel de paro.

Vivimos, dice nuestra Constitución, en un estado social y democrático de derecho... (carcajadas varias), donde se garantizan empleo, vivienda, sanidad, educación, etc.

Si ya de por sí la vida te puede tratar mal "teniéndolo todo" (salud, dinero y amor), imaginemos la vida de los que tienen carencias básicas para vivir una vida digna.

Señores políticos: pónganse las pilas, sean más humanos. Y si no pueden darnos todos los derechos que, en teoría, nos pertenecen, pongan al menos más médicos que pueden tratarnos en condiciones.

Un abrazo a todos los que sufren. Ánimo.