El Real Madrid y la importancia de las cosas

S.J. UVE


No puedo negar que desde ayer, cuando el árbitro pitó el final del partido sentí una inmensa alegría. Como si los problemas cotidianos, y no tan cotidianos que tenemos, se olvidaran durante ese momento.

Hace tiempo que no soy capaz de ver un partido del Madrid porque me pongo histérico, y me pasa con el de futbol pero más aún con el de baloncesto.

De hecho soy bastante cagón o nervioso, como prefieran, pero no soy capaz, recuerdo a mi padre apagando la tele, la genética.

Ayer, en el minuto 80 me fui a la cama, tratando de evitar visualmente el desastre: si no lo ves es que no ha pasado, suelo pensar.  Además, no le veo al Madrid equipo como para llegar a la final, creo que los hay mejores, pero...

Así que cuando escuché en la cama un grito descomunal no entendía cómo semejante jolgorio por un gol que sería el empate y además ya a punto de terminar. Cuál fue mi sorpresa cuando lo pongo y veo el 2-1.

Parafernalia otra de vez de pijama y al sofá a verlo, pero...a ratos, dando vueltas por la casa y apagándolo.

Y terminó, 3-1, el pobre de Guardiola que debe soñar más con el Madrid que yo suspendiendo las oposiciones que aprobé. Aún le debe estar dando vueltas a la cabeza, y súmenle el 0-4 de hace unos años en Munich.

En fin, que llámenlo suerte, gen ganador, la mística del Bernabéu, da igual, pero ahí que se planta el Madrid.

Y aunque no lo crean, no pretendo que este artículo vaya sobre el imperial equipo merengue, no.

Me levanté pensando en qué dirían los medios de todo el mundo sobre tamaño milagro, otra vez, desayuné, llegué al trabajo y al coger unas llaves estaba la tele puesta y ponían los goles y los festejos por la remontada.

Y sé que lo que voy a decir es demagógico porque consiste en disfrutar de ese momento, pero ya saben que durante las noticias van poniendo titulares abajo, y en ese momento leí uno que me volvió a poner en la perspectiva y la importancia real de las cosas, hasta el punto de que da igual el Madrido lo que sea: "220 niños han muerto ya en Ucrania por la guerra".

Y me sentí mal al estar feliz por el Madrid. Ojalá lo hubiesen eliminado en Noviembre y no hubiese muerto ningún crío. Qué pena y qué asco de guerras y otras mierdas similares

Qué asco, de verdad.

P. D. Da pena ver mentir a los políticos por lo del espionaje y en general, ojalá fuésemos capaz de no votar nadie, engañabobos.