Imagino, pienso, que ser médico debe de ser una de las profesiones más bonitas que hay. El hecho de poder curar a personas, de cambiarles la vida, de hacerlos feliz debe ser una sensación muy placentera. De igual manera pienso que, a su vez, debe tener una parte muy negativa: lidiar con el dolor, no poder curar ciertas enfermedades, ver de tan cerca el sufrimiento humano, luchar con pocos efectivos, el cansancio, algunos pacientes impacientes o incluso agresivos, etc.
Al igual que en todas las profesiones habrá médicos buenos, malos y regulares. Pasa con los electricistas, los abogados, los mecánicos, los contables, los pilotos, los, los, los... Pero yo entiendo que cuando hablamos de salud hay que exigir algo más desde el punto de vista del paciente. Y no me refiero ya a un mal diagnóstico, que también (no es lo mismo que se equivoquen con un tratamiento a que te cambien la trócola del coche y no funcione).
Me refiero, y no deja de ser obviamente una opinión, que el médico debería ser, o al menos intentarlo, agradable en el trato. Tiene delante a una persona que seguro que el último sitio donde le gustaría estar es en la consulta. Tiene derecho, como médico, a tener un mal día, como cualquiera, pero en su trabajo va la penitencia. La persona que tiene delante tiene un problema que puede ir desde un resfriado hasta lo que ustedes quieran pensar.
Es conocido Ceuta porque muchos de los médicos, inconvenientes de la ciudad autónoma, vienen de la península una o dos veces por semana y se marchan en el barco por la tarde/noche para la península. Y prometo que he sentido en mis carnes esa sensación de ser tratado como un simple número, como un ente que no sufre ni padece. Primera consulta en el especialista Mire usted, no. Cuando usted me dice tome esto y venga en un mes debería pensar que una noche, una simple noche (que largas se hacen...), con dolor, cada segundo, cada minuto que pasa se convierte en un sufrimiento. Debería usted tratarme como si fuese su hijo, y a lo mejor, en vez de decirme "venga usted en un mes", podría decirme "venga usted en tres días" a ver cómo le va el tratamiento.
No, no es una simple frase que "mientras tengamos salud"...todo va bien. Sin salud es complicado ser feliz en los demás ámbitos de la vida. Así que a ser posible no me trate como a un número, no me trate como a un "que pase el siguiente".
Por ello cuando te encuentras con un médico agradable, al que le ves cierto interés, que no te ve simplemente como un dígito, lo agradeces de corazón. Y el problema, creo yo, es que parece que haya médicos a los que le falte corazón, o al menos la empatía suficiente como para pensar lo que he dicho antes: el "venga usted en 6 meses" se puede traducir en miles y miles se minutos de sufrimiento y dolor. Intenten ser más humanos. He dicho.