anónima

Muniain-Thiago, sociedad nada anónima

Muniain y Thiago son amigos. Muy amigos. Se escriben y se contestan en el Twitter. Se dan ánimos. Se gastan bromas... Se entienden en el campo. Son dos tipos distintos y, sin embargo, parecidos. Quizás el lenguaje del fútbol les extrañe menos que la pizarra de un partido. Uno, Munian, caído a cualquier costado, a zascandilear junto a la cal. Otro, Thiago, más acostumbrado al círculo central, allí donde a veces te dejan jugar, pero donde nunca puedes dejar de imaginar. Luis Milla los conoce bien y los pone a la distancia adecuada: ni tan cerca para que estén todo el rato hablando ni tan lejos para que no se vean. Entre ambos se marcaron dos goles en media hora que liquidaron a Suiza, que tanto miedo daba (con razón) en el anterior Europeo sub 21, en una final temible que acabó a ritmo de trompeta española.

Una guardia anónima defiende Wikileaks

La heterogeneidad del colectivo Anonymous  hace que sea un rival difícil de combatir, dicen los expertos

 

Tras una semana tumbando páginas web, los miembros de Anonymous han decidido tomarse un respiro en su cruzada en defensa de Wikileaks y Julian Assange. Este colectivo, que ejerce su activismo político a tiempo parcial, detuvo ayer sus ataques a sitios de empresas y políticos para, según anunciaron, escuchar sugerencias sobre las armas a usar en sus próximas ofensivas. Detrás de esta pausa en la acción también está la propia naturaleza de este movimiento difícil de clasificar.

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