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Bobby Moore llora por Harry

Con mejor puntería y la misma inconsciencia con la que desde un coche disparó a los transeúntes de Milán con su pistola de juguete, en uno de sus célebres dislates, Mario Balotelli tiró ayer el penalti que en el último segundo dejó al Manchester City como líder y a la vieja Inglaterra maldiciendo a los cielos, donde Bobby Moore lloraba. El Tottenham dio un susto de muerte a Mancini en un partido cerrado, que se desbocó en diez minutos de la segunda parte con cuatro goles y que terminó con la conexión italiana feliz, tras un cuarto de hora en el que los tres puntos se iban a Londres. Es improba...

Las vidas de perros de los otros «Bobby»

Cañada Real Galiana, Valdemingómez. Bien podría ser este el arranque de una crónica de sucesos. Una puñalada, por ejemplo. No nos alejamos mucho de la realidad, porque, en efecto, fue allí y de esa manera como encontraron a «Amina». Necesitó dos meses para curarse de sus heridas. Pero no se trata de un ajuste de cuentas; al menos, no al uso. Se trata de la historia de una perra a la que acuchillaron en las mamas. Llegó a El Refugio con sus tres cachorros, Yuca, Nopal y Magüey, semiincosciente. Los cuatro tuvieron que ser reanimados. Los pequeños pasaron cinco días en estado crítico, pero en e...

Muere Bobby Charles, esencia del sonido sureño de Nueva Orleans

De alguna manera, estaba destinado a no salir nunca en los créditos, pese a ser una de las almas de la fiesta y ganarse el respeto de todos. Así sucedió en el que seguramente ha sido uno de los acontecimientos más celebrados de la historia del rock estadounidense. En el Día de Acción de Gracias, Bobby Charles se había subido al escenario del legendario Winterland para unirse con los chicos de The Band y cantar Down South In New Orleans, pero Martin Scorsese, encargado de rodar aquel grandioso concierto de despedida, que reunió en una misma noche a Bob Dylan, Neil Young, Ringo Starr, Eric Clapton, Van Morrison, Muddy Waters o Joni Mitchell, entre otras figuras de primer nivel, decidió quitar su interpretación de la película final en 1978 (aunque posteriormente la reedición de una caja de discos recogería todos los descartes). De esta forma, Bobby Charles se quedaba fuera de la difusión de El Último Vals (The Last Waltz), aunque siempre fue santo y seña del sonido vibrante, que recorría toda la historia de la música popular de Estados Unidos, de aquella maravillosa actuación.
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