El escritor nunca eludió un claro compromiso político, desde su condición de "compañero de viaje" del antifranquismo, lo que le valió incluso un corto periodo en prisión e incluso la censura de su nombre
En la cresta de la ola del 15-M, un lector le preguntó en público a José Manuel Caballero Bonald: "¿Está usted indignado?". El Premio Cervantes apenas tardó unos segundos en responder: "Desde que nací". Sus palabras jugaban al rebufo del célebre panfleto Indignaos, de Stephane Hessel, prologado en su edición española por José Luis Sampedro: "Lamento que el Cervantes de este año no haya sido para Sampedro, la única persona que se lo merecía de verdad por su obra y por su actitud humana: era un hombre honrado", afirmó Caballero Bonald pocas horas después de que se conociera el fallecimiento del autor de La sonrisa etrusca.