G. T.
El templo solo seguirá cerrado para el Salat más concurrido de la semana, el de los viernes a última hora de la mañana, para evitar aglomeraciones. Los fieles deben acudir con mascarilla, su propia alfombrilla y una bolsa para sus zapatos y tienen que hacer sus abluciones en casa. Su superficie se ha cubierto con un plástico que será desinfectado tras cada oración y el número de asistentes se ha limitado a 60, un quinto de su capacidad máxima.