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Madrid y Rabat confían en la diplomacia para evitar nuevas crisis

"Hola señor presidente. Es un placer. ¿Todo bien?", saludó Mohamed VI a Zapatero en perfecto castellano. "Sí, muy bien, encantado de que nos veamos", contestó Zapatero, antes de sentarse alrededor de una mesa adornada por una solitaria bandera marroquí. La entrevista que, durante media hora, mantuvieron la pasada madrugada en la sede de las Naciones Unidas el monarca marroquí y el presidente español sirvió para escenificar la normalización de las relaciones entre los dos países, tras una sucesión de desencuentros y malentendidos. A veces, una imagen vale más que mil palabras. O, como confesó Zapatero mientras estrechaba la mano de Mohamed VI bajo una lluvia de flashes, "la foto es lo más importante".

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