Satisfacción muy contenida y todas las cautelas posibles. Esta es la actitud que ayer recorrió en privado a los máximos dirigentes del PSOE y del Gobierno, al conocer el contenido de los
estatutos del nuevo partido de la izquierda abertzale. Nadie minimiza el cambio que supone el rechazo a la violencia por parte de quienes durante tantos años la justificaron, pero tampoco creen posible que esa nueva formación política pueda ser autorizada para que concurra a las elecciones municipales del 22 de mayo. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en todas las reuniones
-maitines en La Moncloa y en la ejecutiva federal del PSOE- pidió cautela, prudencia y no aventurar "hipótesis" sobre las elecciones, aunque sí reconoció que nunca antes habían rechazado la violencia. En la ejecutiva, Zapatero se refirió a este asunto después de que el dirigente del PSC Miquel Iceta subrayara la necesidad de "resaltar las buenas noticias
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