derrumbado

«El edificio derrumbado tenía grietas en las que cabía la cabeza»

La propietaria del Bar Juan, situado frente al edificio derrumbado de la calle Rodríguez Arias de Palma, afirmó, en declaraciones realizadas a los medios, que la fachada presentaba "grietas en las que cabía un pie o la cabeza" a la altura de la planta baja, de cuyo inmueble "caían constantemente trozos".  


Así lo confirmaron también otros vecinos que se encontraban en la Plaza Serralta de la capital balear, donde siguen las evoluciones de   las tareas de desescombro mientras lamentan la situación y, sobre   todo, acusaban de "pasibilidad a las instituciones ante la   degradación del barrio".  


De hecho, la dueña del bar recordó que el pasado viernes un cliente afirmó que ese edificio "se iba a caer" lo que ocurrió   finalmente dos días después, a las 00:15 horas de la pasada   madrugada.  


La hostelera, que reside desde hace 39 años en el barrio, en el   propio Bar Juan que dirige, precisó que, del edificio siniestrado,   "caían constantemente trozos", al tiempo que aparecían nuevas   grietas, en especial, en los bajos del mismo, sin actividad desde   hacía 20 años (el local de la planta baja).


"SE ESCUCHO UN GRAN ESTRUENDO"
Por su parte, la vecina del segundo piso del edificio frente al   derrumbado, Purificación Arzaya, que fue la primera que avisó del   suceso a los Servicios de Emergencias, señaló que, hacía las 00:14   horas de la pasada madrugada se escuchó "un gran estruendo" y tras   abrir la ventana comprobó que "no se veía nada, toda la calle estaba   llena de polvo y caían cascotes", sin que se escucharan gritos ni   otros sonidos procedentes de personas.   


Arzaya explicó que los primeros en acudir fueron varios chicos que   se reúnen en la Plaza colindante, situada a 30 metros, y que   "habitualmente solían visitar a uno de los vecinos del edificio   siniestrado, que era su amigo". Más tarde llegó la Policía Local y el   resto de efectivos de Emergencias, relató  


Esta vecina, que es una de las personas desalojadas de su   vivienda, pasó la noche en casa de su hija, mientras que hoy   pernoctará en el domicilio de otro familiar, sin que sepa cuando   podrá volver al piso que ocupaba. Esta mañana, volvió a su casa para   recoger ropa y medicamentos, motivo por el que los bomberos le   dejaron que accediera al mismo.

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