Acude a la ciudad Jorge Bravo, presidente de la Asociación Unificada de Militares Españoles, Aume, para dar apoyo al personal castrense, interesarse por la situación y ofrecer posibles soluciones

La oleada de incendios, en su gran mayoría provocados, por toda la ciudad, sigue siendo una constante, independiente del radio de actuación del autor o autores de estos actos de vandalismo. Apenas transcurridas 24 horas del fuego que destrozó varios vehículos en un garaje de Parques de Ceuta cuando un nuevo coche fue pasto de las llamas, esta vez en una calle de la barriada Juan Carlos I, concretamente en las cercanías del bloque 20 en la madrugada del domingo, sobre las 2.00 horas.
Una vez más se volvía a repetir el patrón que últimamente viene siendo el más frecuente en estos actos de vandalismo: coche nuevo, aparcado en la calle, la aplicación (tal vez de un líquido inflamable para acelerar la combustión), y, en este caso, la rotura del cristal, lo que provocó que el interior del vehículo fuera la parte más afectada.

Efectivos mínimos

Por su parte, UGT, a través de su sección de Bomberos, ha querido aprovechar la “impecable” labor llevada a cabo por los efectivos del SEIS en el fuego del garaje de Parques de Ceuta, para recordarle a la Ciudad que sigue, según el sindicato, “haciendo caso omiso de nuestra reivindicación sobre el número mínimo de bomberos que debe haber de guardia en el Parque”.
UGT denuncia que desde hace ya mas de un año, la Ciudad no respeta los protocolos internos firmados por la Jefatura del SEIS que marcan el mínimo número de bomberos para cubrir las contingencias de la Ciudad. Según Gonzalo Sanz, representante de los trabajadores, “el Gobierno está obligando al Jefe de Servicio a no cubrir los números mínimos exigidos poniendo en peligro la propia integridad de los trabajadores y la calidad del servicio que dan al Ciudadano”.
Argumentan también, que la oleada de fuegos de vehículos que asola la Ciudad, está provocando que el Servicio de Bomberos tenga que desplazar en ocasiones a toda su plantilla diaria a estos siniestros, lo que unido a la disminución en el número de efectivo diarios conlleva, a juicio de Sanz, “un riesgo potencial inaceptable que el Gobierno parece no querer entender”.
Desde el Sindicato mayoritario en Bomberos insisten en instar a la consejera de Gobernación, Yolanda Bel, a tomar de manera definitiva cartas en el asunto para acabar con una situación que “desacredita la opinión de los técnicos de emergencias y la sustituye por la de políticos que nada saben de siniestros y que prefieren mantener a sus amigos en puestos de confianza que garantizar un Parque de Bomberos con las garantías suficientes para hacer frente a las necesidades de la Ciudad”.
Los sindicalistas indicaron también que “desde UGT siempre se ha defendido que una Ciudad que no puede pedir ayuda a ningún parque aledaño (como sí puede hacerlo cualquiera peninsular) debe contar con un mínimo de 13 efectivos diarios para vertebrar dos dotaciones completas mas un telefonista”.
Actualmente, recuerda la Unión General de Trabajadores “existen momentos en los que Ceuta sólo dispone de nueve 9 bomberos de guardia por decisión del Gobierno Local”.

Más que una ‘palmadita’

UGT reclama “por enésima vez” una reacción por parte de la Ciudad “mas allá de la palmadita en la espalda cuando se hacen trabajos cómo los de Parque de Ceuta en los que todos corren a hacerse la foto con los bomberos” y solicitan “una solución de sentido común a un problema denunciado y advertido hasta la saciedad antes de tener que lamentarse o de pedir responsabilidades por desgracias que pueden ser evitadas con un compromiso político serio”.

“Lo ocurrido es un acto de terrorismo”

Horas después del incendio que calcinó varios vehículos en un garaje de Parques de Ceuta y que obligó a desalojar a los vecinos de cuatro bloques de vivienda de esta barriada, las cosas volvían a su cauce, y los residentes de esta zona intentaban volver a sus vidas con toda normalidad. Atrás quedaban los angustiosos momentos que vivieron la madrugada del sábado cuando policías y bomberos los desalojaron de sus viviendas, o eran sus  propios vecinos los que aporreaban sus puertas para que abandonaran sus viviendas, ante el riesgo del humo que ya subía por las escaleras. Pero eso no fue lo peor para muchos, algunos vecinos recuerdan el miedo reflejado en la cara de sus hijos pequeños, los que vivieron este episodio como un auténtica pesadilla, “mis hijos lo pasaron muy mal, sacarlos de la cama deprisa, sin saber prácticamente lo que pasaba, y con el frío que hacía. Lo cierto es que los pequeños pasaron un mal rato”, comenta una de las vecinas de los bloques dos días después de los hechos.
Ayer domingo, con los nervios ya calmados e “intentando normalizarse”, según la opinión generalizada de los vecinos, si en algo se mostraban satisfechos los residentes de Parques de Ceuta era en la celeridad con la que se había normalizado el abastecimiento de luz, a las once de la mañana del sábado, y de agua, en la madrugada del domingo. “Es algo de agradecer, porque estos días hemos tenido que pasarlos en casa de familiares o amigos, hasta que hemos vuelto”.
Precisamente algún vecino recuerda la noche de los incidentes como un “trajín” de ida y venida de coches recogiendo a personas para trasladarlas “parecía una parada de ambulancias y de coches, recogiendo a personas para llevárselas de aquí a otro sitio”. Este mismo vecino dice haber tenido suerte porque su vehículo se encontraba aparcado cerca de los coches incendiados y que “sin embargo no sufrió daño”. Otro comentaba a ‘El Faro’ que “esa noche no lo tenía aparcado porque estaba trabajando”.
Ahora los garajes están vacíos, los vecinos ocupan otras plazas en el exterior y, únicamente quedan, como prueba de que un día, las 180  plazas de aparcamiento estaban todas ocupadas, los restos chamuscados de cuatro coches totalmente destrozados, que aún permanecen en el interior a la espera de que los peritos realicen el peritaje. Es lo único que resta de una noche que podía haberse convertido en tragedia “si una vecina que volvía de vuelta de llevar a un familiar a su casa no se da cuenta que no podía abrir y no da la voz de alarma, y el fuego sigue ardiendo media hora más, aquí ocurre algo más grave”, se lamenta otro vecino, quien opina que “hay que quejarse porque lo ocurrido esa noche es un acto de terrorismo”.
Todavía recuerdan una noche en la que todos colaboraron en llamar a cada una de las puertas para poner a salvo a toda la comunidad, pero los nervios hizo que incluso hubo quien se quedara en casa, “hubo un vecino del primero que no salió porque como suele ir a casa de su madre no se le llamó y se quedó ahí. Afortunadamente no pasó nada”.
No fue el  único caso. En otro de los portales, un joven matrimonio, al parecer de sueño profundo, tampoco escuchó las llamadas de sus vecinos a las puertas. “Yo no me desperté hasta que escuché las sirenas de los bomberos a las cuatro de la mañana”.
Anécdotas siempre quedan en historias como esta en la que, afortunadamente, no hay que lamentar víctimas, pero en la que siempre  queda algo por hacer y que estos vecinos tienen claro, porque además del olor a humo que aún queda en las viviendas o en los ascensores, y los desperfectos que es necesario acometer en algunos bajos, los residentes tienen claro que es necesario adoptar una serie de medidas que pasarían por la instalación de cámaras de vigilancia en determinadas zonas de los garajes para evitar que, en un futuro, situaciones como la vivida en la madrugada del sábado vuelvan a repetirse.

Caballas exige a las autoridades rigor en la política de seguridad

Ante la escalada de violencia e inseguridad que se está viviendo en la Ciudad, y cuya última manifestación ha sido el atentado sufrido por diversos vehículos en la Barriada Parques de Ceuta, el grupo político Caballas ha hecho  público un comunicado en el que recoge una serie de puntos. En el primero de ellos, asegura que la seguridad ciudadana constituye la “garantía básica para el ejercicio en libertad de los derechos individuales y colectivos.
En consecuencia, apunta el grupo de la oposición el deterioro de la seguridad ciudadana, además de poner en peligro la integridad física de los ciudadanos, supone un intolerable deterioro de la calidad de vida democrática de los ceutíes”.
En segundo lugar, Caballas imputa de manera directa a la Delegación del Gobierno la “ineficacia de la política de seguridad Ciudadana en Ceuta”. No se puede entender, ni aceptar, -continúa el partido de la oposición que una Ciudad de tamaño tan reducido, en la que existe una elevada concentración ade cuerpos y fuerza de seguridad del estado, sea tan “vulnerable ante las acciones reiteradas de la delincuencia organizada”.
Por tanto, la coalición Caballas exige a la Delegación del Gobierno que “asuma su responsabilidad en esta materia, dotando a la política de seguridad ciudadana de las condiciones mínimas de rigor y eficacia para cortar de raíz esta inquietante progresión de hechos delictivos alentados por la impunidad”.
Finalmente, el grupo político se  solidariza con los agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que sufren, en sus propias carnes, las consecuencias de estas agresiones.