Las fuerzas progresistas han de superan sus diferencias si quieren volver al Gobierno

Las victorias en las municipales de Milán y Nápoles son un gran éxito para el centroizquierda italiano, pero sería un error clamoroso por su parte dar por sentado que tiene todo el trabajo hecho para derrotar a la derecha en unas elecciones generales. Una de las razones por las que Silvio Berlusconi ha conseguido gobernar durante ocho de los últimos diez años es, precisamente, la debilidad de las diferentes facciones de la izquierda, que hasta ayer cargaban a sus espaldas con la bochornosa disolución del Gobierno de Romano Prodi en 2008, apenas veinte meses después de haber reconquistado el poder.

Tanto el presidente de  la Ciudad, Juan Vivas, como el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, destacaron ayer que en materia de atención social por Dependencia lo primordial es el entendimiento entre administraciones para garantizar un buen servicio al ciudadano.

Nunca fue la unidad una virtud entre las asociaciones de centros de enseñanza privados. Ni tan siquiera existía realmente entre los colegios religiosos, muy enfrentados en los últimos tiempos a cuenta de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. El Ministerio de Educación logró ver la norma rechazada por padres católicos y aceptada por órdenes religiosas propietarias de editoras de libros de texto. Pero parece que las cosas van a cambiar: ya se dice en los colegios que el decreto que prepara el Ministerio de Ángel Gabilondo para impedir que los centros concertados puedan recibir ayudas de los padres de alumnos es un torpedo en la línea de flotación de la enseñanza concertada. Y aquí sí estarán todos juntos, muy unidos, contra el Gobierno.