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La derrota inicial ante Serbia y la sufrida victoria ante Gran Bretaña, en un partido en el que la selección española rozó un ridículo histórico, son el pobre balance de la campeona del mundo. Ante Eslovenia, líder del grupo con dos triunfos en los dos partidos disputados, España se mueve entre el cielo y el infierno: ganar, clasificarse e incluso optar al liderato si se gana por 10 ó más o perder y sufrir hasta ver el desenlace del Serbia-Gran Bretaña, si los británicos ganan de 8 ó 9 tantos pueden echar a la 'roja'.
Máxima igualdad
Las buenas sensaciones que está dejando Eslovenia se confirmaron de entrada. Su 'roster' es más que notable, entre ellos destaca la presencia de los azulgrana Lakovic y Lorbek y jugadores interesantes como Brezec o Nachbar, pero les falta dar un salto de calidad que quizás les aguarde en Polonia.
A España le costó entrar en ataque y tampoco andaba fina atrás, como en gran parte del campeonato. Pero los puntos de Pau Gasol y un triple de Rudy Fernández pusieron en órbita al combinado de Sergio Scariolo. Buscando dentro a Marc la selección se puso por delante (18-17). Brezec no se conformó y firmó un triplazo que dejó en el electrónico el 18-20 al final del primer parcial.
Abonados al triple
La aparición estelar de Sergio Llull catapultó a España tras el primer descanso. Dos triples del jugador del Real Madrid dieron el primer margen importante a la selección (29-22). Pese al estirón español, Eslovenia lució repertorio para ajustar su defensa, mejorar su ratio ofensiva y limar la diferencia (29-28).
Navarro se apuntó al acierto desde más allá de 6,25 para ampliar la ventaja. Anotar de fuera es una buena noticia si es un recurso y no una necesidad, algo que en algunos momentos ataca a una selección que le cuesta hilvanar jugadas. Eslovenia recuperó la cabeza pero otro triple de Navarro restableció el dominio español. Mejor balance de la 'roja' en el último tramo del segundo cuarto y la ventaja aumentó progresivamente. Al final de la primera parte, 43-35.
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