Los ministros de Economía de los 16 países que utilizan el euro como moneda alertaron ayer sobre los riesgos que conlleva la fortaleza de la moneda única frente a otras divisas del planeta, especialmente con el dólar estadounidense. Si se mantiene o se amplía el tipo de cambio actual, las exportaciones de la eurozona sufrirán una caída que amenaza con lastrar aún más la lenta recuperación de las economías de la eurozona.
La debilidad de la divisa norteamericana ha desatado las alarmas en los países que tienen relaciones comerciales con EE UU. Los «socios» de la principal economía del mundo libre alegan que el tipo de cambio del dólar con sus monedas les hace muy difícil vender bienes en el país. Existe además el temor de que este recorte exportador hacia EE UU retrase la salida de la crisis de varios de ellos.
Las exportaciones de la eurozona al resto del mundo cayeron un 23% en agosto respecto al mismo mes de 2008, lastradas principalmente por el retroceso de las ventas a Reino Unido –el principal destino comercial– y EE UU –el segundo–.
El euro mantuvo ayer su avance frente al «billete verde» en el mercado de divisas de Fráncfort, como reflejo de la debilidad de la economía estadounidense. A media sesión, la divisa europea se cambiaba a 1,4950 dólares, frente a los 1,4876 dólares del viernes. El Banco Central Europeo (BCE) fijó el cambio oficial de la moneda única en 1,4918 dólares.