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Contador: «Me hablaron bien de Curaçao y acertaron de lleno»

Las tres primeras semanas del mes de julio los españoles viven un ritual; Comer, charlar en la sobremesa y dormitar frente al televisor para seguir el Tour. Muchos ciclistas españoles fueron los culpables de que las siestas se trasladaran de la cama al sofá, pero con Indurain la costumbre se convirtió en una ceremonia para asistir a un éxito asegurado. Después de que Miguel lo dejara España miraba extrañada la carrera y la siesta casi siempre ganaba a la etapa, hasta que los éxitos regresaron con otros nombres. Ahora el ritual lo controla Alberto Contador, un chico inquieto, con prisas, al que...
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