invadido
Opinión

Cuando lo social queda invadido por la política ornamental

Cuando te dedicas a la política desde el corazón, acabas haciendo tuyo los problemas ajenos. Recientemente tuve la oportunidad de conocer a una mujer maravillosa, a una de esas tantas mujeres silenciosas, invisibles, discretas, pero sumamente valiente, fuerte y luchadora como para poner el mundo al revés y hacer que tú también gires en sentido contrario a la inercia. Ella, que en un principio le costó comenzar a hablar, consiguió desprenderse de la cuerda que la estaba tensando y pudo originar una de esas conversaciones, de bandera o por bandera, que llaman a la dignidad, la misma dignidad que le falta al Gobierno que permite colas en Asuntos Sociales desde primeras horas de la madrugada, al Gobierno que presume de Política Social mientras la gente tiene que esperar meses para poder acceder a los recursos básicos, al mismo Gobierno que prefiere gastarse más dinero en luz ornamental que en el IMIS, al Gobierno que aprueba acuerdos plenarios para nunca llevarlos a cabo, al Gobierno que se amarra en promesas sin cumplir, o al Gobierno que se vende a la desidia, a la ineptitud y a la apatía.

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