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Los tres detenidos acusados del asesinato del joven desaparecido hace un año pasan a disposición judicial
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- El objetivo es "identificar los sectores de contribuyentes que pueden representar un mayor riesgo o fraude y de las prácticas abusivas que se utilicen"
GRANADA- Acabar con una de las lacras de nuestro tiempo, como es la explotación sexual de menores, es uno de los muchos objetivos de un programa pionero en nuestro país que está liderando la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, bajo la batuta del prestigioso forense José Antonio Lorente. Esta semana se ha hablado en la ciudad andaluza de esta propuesta reuniendo a especialistas de todo el mundo, todos ellos interesados en poner en marcha este proyecto con ilimitadas aplicaciones.
DNA-Prokids (Programa de Identificación Genética de Niños con sistemas de ADN) se basa fundamentalmente en el esfuerzo humanitario internacional a través de pruebas de ADN que impidan el tráfico humano de niños y ayuden a niños secuestrados y sin hogar a que se reúnan con sus padres.
Lorente, en declaraciones a LA RAZÓN, se refirió a DNA-Prokids como «algo tan sencillo como crear una base de datos de niños que están sin sus familias y de las familias que buscan a sus hijos. Uniendo resultados conseguimos muchas interpretaciones e integrar a los desaparecidos con los suyos y que tengan un desarrollo normal».
La mayoría de los pequeños a los que tiene en cuenta este programa han sido raptados para ser explotados económicamente –pidiendo en las calles–, sexualmente o adoptados de forma ilegal. «Si conseguimos esas identificaciones, podemos romper esa cadena de que el niño que no está con su familia entre en un círculo de tráfico de seres humanos. Es el único delito, dentro de los grandes tipos de delitos internacionales –explotación de armas, drogas y seres humanos–, que desde el momento que se comete ya afecta a una víctima. Al niño sacado de su ambiente familiar ya se le está cambiando la vida para mal para todo el resto de su existencia. Y eso es un tema muy grave porque luego crecen en ambientes desencajados», agregó Lorente.
El impulso de Lorente para la creación de DNA-Prokids para ayudar a que los niños regresen con sus padres surgió tras ver a un incontable número de pequeños vagando por las calles de miles de ciudades en el mundo. Fue entonces cuando empezó a preguntarse cómo y dónde serían buscados por sus familias al no poseer una manera de identificarlos. El ADN sería un vehículo posible para traerlos de vuelta a casa. Lorente pensó que un buen medio sería una base de datos internacional de ADN.
«Hay gente que trafica con seres humanos porque saben que nunca la Policía podrá descubrir su procedencia, la ruta exacta que utilizar. Tanto los que compran como los que venden a estas criaturas saben que jamás será identificado el niño», aclaró este especialista.
DNA-Prokids ya cuenta con el apoyo de países que se han visto agredidos por esta lacra de la explotación infantil, como Guatemala, Brasil e incluso China. Lorente espera poder contar con apoyos suficientes para hacer más eficaz toda esta labor.