Espanyol
El Espanyol no estará sólo mañana en Vila-real. La afición perica se mantiene fiel a la aplaudida iniciativa de la pasada campaña, cuando se hicieron célebres las caravanas de aficionados que se movilizaron y desplazaron para animar al equipo blanquiazul por doquier. Su trabajo fue encomiable y sin duda, fue uno de los factores clave que propició que el conjunto blanquiazul lograra salir del infierno de la clasificación.
El panorama es ahora mismo, por suerte, diferente, sin el sufrimiento que marcó el devenir perico en la pasada Liga. El campeonato está arrancando pero la afición blanquiazul se sigue movilizando. Así las cosas, en el partido que el Espanyol jugará mañana ante el Villarreal en El Madrigal (17 horas) se espera que alrededor de doscientos aficionados se desplacen a la ciudad y vean el choque en El Madrigal para animar 'in situ' a los hombres de Pochettino.
La Federació Catalana de Penyes y el RCD Espanyol han puesto a la venta desde el pasado miércoles packs de viaje (en autocar) y la entrada a un precio de 62 euros, o la posibilidad de adquirir tan sólo la entrada a 40 euros. No ha existido mucha demanda del 'pack' completo, ya que muchos aficionados han optado por comprar la entrada y desplazarse a Vila-real con sus propios vehículos, opción que utilizarán, sobre todo, los aficionados que provengan de las tierras de Tarragona. A última hora de ayer había ya un autocar lleno y se barajaba la opción de abrir un segundo en el día de hoy.
Sin duda, la 'caravana' de mañana será bien diferente a la de la pasada campaña, máxime por el número de desplazados. Y es que aquel 7 de marzo tres mil aficionados pericos estuvieron en El Madrigal dejándose el alma en su afán de animar al equipo, que vivía días funestos. Recordar que el viaje fue financiado por todos los integrantes del plantel. El Villarreal ubicó aquel día a la afición blanquiazul en una especie de 'jaula de metracrilato', aislada, lo que disgustó ymucho a los hinchas pericos, un trato que ahora podría haber frenado sus ganas de desplazarse a Vila-real. Pero mañana volverán a dejarse oír