mágica

Se busca inquilino para la Caja Mágica

Es el emblema -real y tangible- de la candidatura de Madrid 2016. Una obra maestra de la arquitectura deportiva. La Caja Mágica recibió todo tipo de elogios durante su puesta de largo, a principios de mayo. Pocos días después acogió el Madrid Open de Tenis, que se celebró del 8 al 17. Desde entonces ha permanecido vacía, lo que inquieta a los responsables municipales. El Ayuntamiento se ha propuesto buscar un inquilino para estas mágicas instalaciones, que han costado 160 millones. No quiere que una de las obras más reconocidas del arquitecto francés Dominique Perrault sólo abra sus puertas u...

Parador de Alcalá de Henares: mágica combinación de historia y vanguardia

Tal y como en su día hicieron grandes maestros de las letras, como Lope de Vega, Tirso de Molina, Quevedo o Calderón de la Barca, el viajero que recorre hoy en día las calles de Alcalá de Henares se traslada al Siglo de Oro. No es difícil. Tan sólo hay que caminar por sus callejuelas y plantarse delante de la fachada de la Universidad para que un sentimiento de emoción recorra nuestro cuerpo de arriba abajo.
 Y no es para menos, pues desde que en 1499 el Cardenal Cisneros fundara la institución académica, muchos han sido los ilustres que han cruzado sus pasillos promoción tras promoción. Sus paredes, testigos mudos de profundas conversaciones, cobijan ahora al despistado trotamundos que, cámara en mano, intenta imaginarse cómo fueron aquellos intensos años.
 De esa época data el convento de Santo Tomás de Aquino, perteneciente a la orden de los dominicos que, con el devenir de los años, pasó a ser colegio, reformatorio e, incluso, cárcel. Todo un amasijo de historias que actualmente se reinventa, una vez más, como espectacular parada y fonda para el viajero del siglo XXI. Convertido en Parador de Turismo –el segundo de la Comunidad de Madrid–, tras la tapia original del edificio, a base de ladrillo, se esconde un establecimiento de cuatro estrellas que fusiona en perfecta armonía tradición y vanguardia.

Cena bajo las estrellas
Esa fusión la palpa a primera vista el cliente que se adentra en el Parador. El interior, testigo del ambiente silencioso y recogido de antaño, resulta de lo más acogedor, gracias al soplo de aire fresco que aporta la decoración moderna y atrevida de muebles y paredes. Unos pasos más allá, por el mismo suelo que siglos atrás pisaron los monjes, el claustro invita al huésped a disfrutar de una relajada charla al aire libre, aunque también está adaptado para acoger desayunos y cenas con el único techo de las nubes o las estrellas.
Rodeando el claustro se encuentran las habitaciones especiales con las que cuenta el Parador. El resto de estancias, un total de 120 equipadas con tecnología puntera, se reparten entre un pabellón del siglo XIX y la gran sorpresa del establecimiento: un jardín tallado de estética japonesa que entre cañas de bambú esconde 98 luminosas alcobas. La apuesta, más que rompedora, resuelve la difícil tarea de tener un amplio número de habitaciones sin sobrepasar la altura de los edificios que componen la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Pero, además, el jardín tallado cumple otra función lúdica: la techumbre de las habitaciones crean un espacio al aire libre de más de 3.000 metros cuadrados donde resulta una delicia pasear o dedicarse a la lectura.
Aunque si el viajero piensa en descanso, lo mejor será dejarse caer por la antigua iglesia del convento. Bajo sus bóvedas, enormes caracolas de cristal traslúcido ocultan las cabinas de ducha y masaje del spa del alojamiento. Los momentos de trabajo también tienen cabida gracias a doce salas de reuniones con capacidad para 420 personas, bussines center y conexión a internet.
El broche perfecto será dejarse tentar por las delicias de Julián Martín, jefe de cocina del parador que domina el arte de combinar los fogones cervantinos con toques de autor. ¿Qué tal una sopa boba, migas ilustradas o una olla podrida? Aunque suene «regular», el paladar lo agradecerá.
Y después del festín, resulta obligado dar un paseo por las calles de la antigua Complutum para «bajar» el atracón. Imprescindible la plaza de Cervantes, donde el pálpito de la ciudad hierve a cualquier hora del día entre risueños estudiantes y prudentes vecinos. Alcalá da para mucho.

DATOS
- Dónde alojarse. Parador de Alcalá. Calle Colegios, 8. Teléfono 91 888 03 30.
- Imprescindible. Visitar la Universidad de Alcalá, la iglesia de San Ildefonso y la casa-museo de Cervantes.
- Más información. Oficina de turismo de Alcalá (91 889 694 y www.turismoalcala.com
 

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