Opinión
Cuando desde la izquierda algunos defendemos los derechos de los inmigrantes, no son pocos los lumbreras que saltan con el socorrido “Mételos en tu casa”, acudiendo invariablemente al “Dale tu dinero a los pobres” en caso de que nos atrevamos a hablar de redistribución de la renta u osemos atacar la política de recortes. No entienden estos intelectuales que el objetivo del marxismo o de la izquierda en general no consiste en dar limosna, sino en el cambio de las bases estructurales a través de la lucha política. Los que nos identificamos con el pensamiento de izquierdas no tenemos, como sí que tienen tantos sacerdotes que se mueven en la abundancia, voto de pobreza, ni estamos obligados a ejercer la caridad, como sí lo están todos esos católicos que utilizan los argumentos de parvulario citados anteriormente y que estos días cargarán con el peso de la Virgen o el Cristo sobre sus nucas. Si leéis este artículo, os lo aclaro: Sois vosotros, no nosotros, los que de acuerdo a vuestra supuesta fe deberíais meter a inmigrantes en vuestra casa, los que deberíais dar vuestro sueldo a beneficencia, los que deberíais ofenderos al ver mantones, coronas y figuras valoradas en pastizales mientras hay gente durmiendo en la acera y los que deberíais, junto a nosotros -la izquierda- , poner el grito en el cielo cada vez que alguien es desahuciado, despedido o marginado.