BARCELONA- Mientras Hereu consideróaque «tal vez habría que hacer algo» para regular el fenómeno del seminudismo en la ciudad, la alcaldesa accidental, Imma Mayol, afirmó ayer que «no ve necesaria una reforma de la ordenanza».
Así, Mayol hace oídos sordos a las quejas de la ciudadanía, los hoteleros y comerciantes barceloneses ya que se mostró favorable a «no crear problemas allí donde no los hay».
Por su parte, la oposición en el Consistorio sigue exigiendo al Ayuntamiento que regule esta práctica. CiU volvió ayer a pronunciarse sobre esta polémica a favor de reformar la ordenanza de civismo para evitar que «la gente piense que puede venir a Barcelona y hacer lo que quiera».
En la misma línea se ha pronunciado en incontables ocasiones el otro grupo de la oposición, el PP.  Los populares exigen directamente la prohibición de ir semidesnudo «tanto por motivos de higiene, como por respeto al resto de los ciudadanos». En este sentido, el PP pide a los otros partidos consenso para reformar la ordenanza de civismo, que fue aprobada en diciembre de 2005.