miribilla

Segundo acto en Miribilla

El encuentro de mañana entre el Gescrap Bizkaia y el Caja Laboral (Teledeporte, 22.00 horas) es casi calcado al que enfrentó a ambos equipos el pasado jueves en todo salvo en el contexto.Los dos conjuntos vascos cierran el año jugándose en otro derbi su lugar en la Liga respecto a sus aspiraciones a la Copa del Rey. Al menos de momento los de Dusko Ivanovic mantienen una posición mejor -son cuartos- respecto a los bilbaínos -novenos con un 5-6 en el balance de victorias-derrotas-.

Miribilla cuelga el cartel de completo

Las últimas 220 entradas para el emocionante derbi vasco entre el Gescrap Bizkaia y el Caja Laboral de este jueves, cuyo ganador se asegurará una plaza en el Top 16 de la Euroliga, se agotaron a la velocidad de la luz en Bilbao. El pabellón Bilbao Arena, situado en el barrio de Miribilla, se llenará con cerca de 10.000 espectadores. Este decisivo encuentro es el primero en el que el Gescrap Bizkaia coloca el cartel de no hay billetes desde la ampliación de las gradas del Bilbao Arena este verano a cerca de 10.000 espectadores.

Miribilla no surte efecto

El grupo del Bizkaia BB tiene miga. A pesar de nombres míticos de la Euroliga, Fenerbahçe turco (anfitrión, al menos su pabellón, de la final four) y Olympiacos griego, junto al Caja Laboral, hasta la fecha el más solvente. Y, sin embargo, es el duelo de la igualdad, lo que hace que defender tu casa sea lo más parecido a la supervivencia. El Bizkaia, mal viajero, sabe que debe sobrevivir en su territorio en espera de vuelos menos ajetreados. De momento, ayer, ante un rival de prestigio dejó las llaves puestas en la cuesta y le vaciaron de existencia, a pesar de que ajustó la defensa, más agresiva, más intensa, liderada en muchos momentos por Hervelle, una especie de jabato bajo su aparente aspecto frágil, que acabó contagiando a toda la tropa. Y eso que el belga resbaló en la primera acción del partido, todo un síntoma para los supersticiosos. Fue un accidente. Parecía un engaño, pero acabó siendo un mal presagio. El belga imprimió carácter al equipo y su testigo lo tomó de mil amores Marko Banic, el tipo más singular del equipo vizcaíno, que asumió sin despeinarse (literalmente) el alma defensiva del equipo y el contrapunto anotador para mantener la autoestima del colectivo.

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