Patrick Oliver recibió el domingo una gravísima cornada mientras lidiaba su segundo astado de la tarde. Aunque la voltereta «no pareció espectacular», cuando el diestro se puso en pie comprendieron la gravedad del percance. Así lo explicó Oliver Barachart, su apoderado: «El novillo le pisó con una mano. Él intentó ponerse en pie, pero en ese momento lo zarandeó; se quedó agarrado a los pitones y le corneó. Al levantarse del suelo vimos la sangre en el cuello y nos preocupamos».
Los primeros momentos fueron dramáticos porque Patrick Oliver comenzó a marearse y notó dificultades para respirar: «Me dijo que le faltaba el aire», comentó Barachart.
En la enfermería observaron que salía aire de la herida y decidieron hacer las cosas con calma. Después de estabilizarlo le trasladaron al hospital de Bayona. Según explicó su apoderado: «La operación duró seis horas; en el quirófano vieron que el pitón la había atravesado la tráquea de parte a parte».
Al término de la intervención, Oliver fue ingresado en la UVI, donde está previsto que continúe «tres o cuatro días más». Ayer le retiraron la ventilación y por la tarde ya respiraba por sus propios medios. En palabras de Barachart: «Es un sitio que cicatriza mal por lo que, si todo va bien, el médico no quiere volver a ver la herida hasta el lunes; así se evitan infecciones».
El novillero se encuentra animado. Después de quitarle la intubación y cuando pudo comenzar a hablar se interesó por el final del festejo: «Quiere reaparecer cuanto antes. Me ha preguntado qué pasó en el último novillo», concluyó Barachart.
