pelotón

El Madrid exhibe al segundo pelotón

Tres chispazos le bastaron al Madrid para resolver sin sobresaltos su cita en Zaragoza con el colista. En estos tiempos de penurias en La Romareda, el equipo de Mourinho ni siquiera precisó su mejor versión. Tenso y riguroso en la defensa, el Madrid gestionó el partido en el ataque como más le gusta, sin demora, siempre por el atajo más directo: tres toques para el primer gol -taco de Cristiano, enorme asistencia de Marcelo y diana de Özil-, uno para el segundo -una falta ejecutada por CR con la precisión del mejor arquero- y dos para el tercero -el cartabón de Alonso y la definición de Di María-. De lo demás se encargaron secundarios como Marcelo, Lass y Arbeloa. Suficiente para despachar a un adversario que no se reconoce, un equipo indefinido.

Los nuevos colores del pelotón

Óscar Pereiro volvió a pedalear con dorsal seis meses después de retirarse del Tour, etapa de Envalira, después de pronunciar, lapidario, "no doy una pedalada más". Cambió de idea, sin embargo, unas semanas después. Fichó por el equipo de Alberto Contador y, a los 32 años, el ganador del Tour de 2006 proclama que ha encontrado la ilusión perdida. Empezó a demostrarlo ayer, en un critérium en Adelaida (Australia) en vísperas del comienzo del Tour Down Under, la carrera que inaugura el calendario internacional. Pereiro estrenó sus nuevos colores, el azul turquesa del Astana, y, hábil como siempre, logró que todos lo comprobaran, ya que supo colarse en una fuga, la primera del año, con Lance Armstrong, otro con derecho a gafas de montura amarilla, otro que andaba de estreno, maillot rojo-gris de su nueva marca, RadioShack, el ciclista al que todos los fotógrafos persiguen vaya donde vaya.

Sorensen, seis minutos antes que el pelotón

El "gran" danés Nicki Sorensen, del Saxo Bank, estrenó su palmarés en el Tour al adjudicarse la duodécima etapa disputada entre Tonnerre y Vittel, de 211,5 kilómetros , una jornada de transición y escapada consentida que mantuvo al italiano Rinaldo Nocentini al frente de la general, con los favoritos a la expectativa de los Alpes. Sorensen, un rodador de postín de 34 años, rentabilizó con gloria la escapada del día y después de rodar en solitario y a toda máquina en los últimos 5 kilómetros se presentó en meta con tiempo suficiente para degustar su bautizo triunfal en el Tour de Francia.
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